El hombre es un ser esencialmente social, y es tan nuclear en la vida de las personas que la ciencia le ha dedicado infinidad de investigaciones.
Desde la psicología, numerosos estudios han subrayado que la amistad es un factor protector de la salud emocional, y que protege de la depresión y de los trastornos de ansiedad.
Las personas con amigos tienen una mejor salud en general: su tensión arterial es más baja, tienen menos estrés, sus defensas son más fuertes y son más sanas emocionalmente. Esto se debe, según un estudio de la Universidad Brigham Young de Utah, EEUU, a que las amistades tienen un efecto protector en la mediana edad.
El trabajo, publicado en la revista Jama Psychiatry, considera que los amigos facilitan los buenos hábitos, ahuyentan la depresión, ayudan a superar enfermedades y producen placer y felicidad.
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De igual manera, un estudio publicado en 2014 en la revista Open Journal of Depression aseguró que a menores contactos sociales con amigos y familia, más posibilidades de depresión tienen los jóvenes. “La compañía ayuda a mantener esperanza y fe en los momentos más difíciles, mientras que estar solos aumenta los pensamientos negativos”.
Respecto a la amistad entre hombres y mujeres, un estudio de la Universidad de Wisconsin, publicado en Journal of Social and Personal Relationships, concluyó que “es un fenómeno demasiado reciente y que resulta imposible escaparse de los momentos de seducción y tensión sexual”. Existe la amistad, dicen, pero dentro de ese vínculo con el tiempo se puede involucrar un sentimiento de atracción sexual, sobre todo por parte de los hombres, sostienen los investigadores.
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En el mes del Día del Amigo te vamos a contar que más dice la ciencia sobre el fenómeno de la amistad. Al estudiar las relaciones de amistad, los científicos han descubierto que:
Los humanos tenemos la capacidad de ponerse en el lugar de otro individuo y eso se llama empatía. Un grupo de la Universidad de Virginia, en Estados Unidos, estudió los escáneres cerebrales de 22 personas que estaban bajo amenaza de recibir pequeñas descargas eléctricas y otro grupo que las recibieran un amigo y un extraño.
El resultado dió que una persona cuando que está en peligro reacciona prácticamente idéntica a la que despliega cuando su amigo lo está. “Nuestro sentido del ‘yo’ incluye a las personas cercanas”, asegura James Coan, psicólogo y director del estudio. “Nuestros allegados se convierten en parte de nosotros, no en sentido poético o metafórico, sino real. Literalmente, nos sentimos amenazados cuando nuestros amigos están amenazados”, resume.
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En el año 1993, el antropólogo Robin Dunbar de la Universidad de Oxford estudió grupos sociales de los primate y los extrapoló a los humanos, y obtuvo como resultado que cada individuo solo puede mantener hasta un máximo de 150 relaciones significativas al mismo tiempo.
Con la llegada de las redes sociales unos años después Dunbar admite que la tecnología podría aumentar nuestra capacidad de memoria y elevar el número de amigos que se puede tener al mismo tiempo. Aunque la mayoría de las amistades nacen fuera de las redes sociales, estas pueden ayudar a mantener las relaciones que antes, por dificultad geográfica y falta de tiempo, se perdían. Pero de todas formas insiste que la mayoría de los adultos solo puede llegar a tener entre dos a cinco mejores amigos.
La doctora Charity Friesen, de la Universidad Wilfrid Laurier, en Canadá, realizó un cuestionario a amigos universitarios sobre las actitudes y situaciones que les irritaban o no les gustaban a ellos y a su amigo/a.
La conclusión a la que llegó es que conocer las reacciones de los amigos ante diferentes situaciones es tan importante como conocer sus gustos. Las características que más irritaron a los sujetos del estudio fueron el escepticismo, la credulidad, la timidez, el descaro, el perfeccionismo y la inconsciencia. Pero determinó que si conocés lo que irrita a tu amigo/a hace la relación sea más estable y menos frustrante. De esta manera la amistad se afianza porque ambas partes conocen y se aceptan tal y cual son, respetando gustos, creencias y elecciones aunque no coincidan en una o ninguna de ellas.
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