El concepto de “frenemy” se popularizó mucho en los últimos años. Lo hemos visto en series, películas y millones de artículos del mundo anglosajón. Sin embargo, recién ahora empezó a popularizarse en el idioma español: es cada vez más frecuente escuchar hablar de ambivalencia tóxica o de relaciones en las que ni siquiera los protagonistas pueden definir qué clase de vínculo es.
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En español podríamos llamarlo “amigo ambivalente”. Se trata de un amigo que no es enemigo del todo pero tampoco amigo, una relación ambigua o, quizá, muy competitiva y destructiva. También se consideran las amistades ambiguas aquellas que te hacen pensar demasiado y de forma negativa.
Un amigo ambivalente puede ser aún peor que aquel al que directamente consideramos tóxico
El problema es que un amigo así puede ser aún peor que aquel al que directamente consideramos tóxico. El amigo ambivalente es una persona por la que tienes sentimientos negativos y positivos al mismo tiempo y puede ser extremadamente perjudicial para tu salud mental.
Primero, es necesario aclarar que no todo el mundo tiene la misma sensibilidad y hay personas que no son ambivalentes que tienen la capacidad de dejarte pensando. Ese no es un amigo-enemigo, ese es un amigo que te dice la verdad. El amigo ambiguo compite y entra en juegos dañinos.
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¿Por qué este tipo de relación es tan dañina? Una amistad así genera nervios, inseguridad, ansiedad y esto puede afectar otros aspectos de tu vida. Una relación lisa y llanamente tóxica es más fácil de identificar, incluso cuando es difícil terminarla, sabemos perfectamente cómo funciona ese vínculo. En cambio, en una relación ambivalente las señales son mucho menos claras y se contrarrestan con los aspectos positivos.
Pero no todos los amigos-enemigos son iguales. Existen distintos tipos de frenemies.
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Queda en cada uno hablar estos problemas con nuestro amigo o decidir abandonar una relación que es tóxica y nos hace daño.
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