Alguna vez, se consideró que el hostigamiento era un rito de iniciación de la niñez. Sin embargo, en la actualidad, se lo reconoce como un problema grave. Para ayudar a tu hijo a lidiar con el hostigamiento, aprende a reconocerlo y comprende cómo responder ante esa situación.
Compartimos el informe elaborado por especialistas en el tema del acoso durante la niñez pertenecientes a Mayo Clinic, quienes trabajan desde hace varios años analizando seriamente diferentes situaciones.
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El hostigamiento es una forma de agresión en la que uno o más niños intimidan, acosan o dañan retirada e intencionalmente a una víctima que se considera incapaz de defenderse. El hostigamiento puede adoptar muchas formas. Por ejemplo:
Se ha vinculado ser objeto de hostigamiento de niño con lo siguiente:
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Si hostigan a tu hijo, podría quedarse callado por temor, culpa o vergüenza. Las señales de alerta pueden ser poco claras y podrían parecerse a otros problemas de salud mental. Presta atención a cambios repentinos en el estado de ánimo o la conducta, entre ellos, los siguientes:
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Si sospechas que tu hijo es víctima de hostigamiento, toma la situación con seriedad:
Mantén la calma, escúchalo con afecto y apoya sus sentimientos. Expresa comprensión y preocupación. Recuérdale que no tiene la culpa de que lo hostiguen.
Pídele a tu hijo que describa cómo y cuándo ocurre el hostigamiento, y quién participa. Averigua qué hizo para intentar detener el hostigamiento, así como qué dio resultado y qué no. Pregúntale qué se puede hacer para ayudarlo a que se sienta seguro.
No lo animes a tomar represalias ni a contraatacar al hostigador. En cambio, tu hijo podría pedirle al hostigador que lo deje tranquilo, irse a otro lugar para evitarlo, ignorarlo o pedirle ayuda a un profesor, un entrenador u otro adulto.
Sugiérele que esté con sus amigos en los momentos en los que es probable que ocurra el hostigamiento. Asimismo, dile a tu hijo que no responda al ciberacoso, y que bloquee al hostigador en su teléfono y en las redes sociales.
Asegúrate de saber de qué manera tu hijo usa Internet, las plataformas de redes sociales o su teléfono para interactuar con los demás. Crea un contrato para la tecnología en el que se enumeren las reglas de la familia para el uso seguro y respetuoso de los dispositivos electrónicos.
El contrato debe incluir un acuerdo de que, si bien no invadirás la privacidad de tu hijo, te reservas el derecho de mirar el contenido de sus dispositivos si te preocupa su seguridad, y que lo harás en su presencia. Incluye los nombres de usuario y las contraseñas de las cuentas de tu hijo en el contrato. Firma el contrato y ponlo en un lugar bien visible de tu hogar.
Si tu hijo es víctima de ciberacoso, no le quites los dispositivos ni el acceso a la computadora de forma automática. Los niños pueden ser reacios a informar el hostigamiento por miedo a que les quiten el teléfono celular o los privilegios de usar Internet. Asegúrale a tu hijo que no le vas a quitar esos privilegios si te cuenta sus problemas o inquietudes.
Anima a tu hijo a crear amistades y a participar en actividades que enfaticen sus fortalezas y sus talentos.
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Si tu hijo admite ser víctima de hostigamiento, debes tomar medidas. Por ejemplo:
Escribí los detalles: la fecha, quién participó y qué sucedió específicamente. Guarda capturas de pantalla, correos electrónicos y mensajes de texto. Registra los hechos de la manera más objetiva posible.
Pedí ayuda al director, el maestro o el consejero escolar de tu hijo. Denuncia el ciberacoso a los proveedores de servicios de internet y de telefonía celular, o a los sitios web. Si han atacado físicamente a tu hijo o lo han amenazado con hacerle daño, habla con los funcionarios escolares y llama a la policía.
En lugar de echar culpas, pide ayuda para solucionar el problema de hostigamiento. Toma nota de estas reuniones. Mantente en contacto con los funcionarios escolares. Si el hostigamiento continúa, sé persistente.
Averigua cómo se aborda el hostigamiento en el plan de estudios de la escuela y de qué manera los miembros del personal están obligados a responder ante casos confirmados o presuntos de hostigamiento.
Si tu hijo fue lastimado o está traumatizado a causa del hostigamiento continuo, consulta a un médico de la salud mental. También podrías considerar la opción de consultar a un abogado. Iniciar acciones legales para acabar con la cultura del hostigamiento puede convertir a tu comunidad en un sitio más seguro para todos los niños.
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