Cuando la rutina cotidiana agobia con su incesante marcha, los espacios de encuentro se reducen y la mayoría de las parejas atraviesan los días de la semana casi sin verse. Por eso el cuarto se vuelve uno de los pocos lugares donde la intimidad y el relax se habilitan, regalando la pausa reparadora que todos necesitamos. Te contamos cómo decorar la habitación matrimonial para disfrutar de a dos, combinando placer y bienestar.
Es claro que no es tarea fácil porque, salvo que uno de los dos decida entregarse a las decisiones del otro, hay mucho que negociar. Todo tiene que estar pensado para que ambos integrantes de la pareja se sientan cómodos y a gusto y cuidando que las necesidades personales de cada uno estén satisfechas.
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Muchas veces relegamos la decoración del cuarto matrimonial porque, al ser uno de los sectores más privados de la casa, nos refugiamos en que “nadie lo ve” y le destinamos el mínimo esfuerzo. Si es tu caso, es buen momento de revisar esa costumbre: generar un espacio lindo y confortable es fundamental para favorecer el encuentro y el descanso. Algunas claves para lograrlo:
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El color de las paredes es uno de los puntos más complicados a la hora de ponerse de acuerdo. Las mujeres no quieren un color demasiado masculino y a los hombres tampoco les gusta sentirse como invitados en una habitación “vestida” para mujeres. Por eso, lo más adecuado es elegir un color que se mantenga en el campo neutral.
El blanco suele quedar muy bien y genera mucha luz y paz, y además permite mayor libertad en accesorios, acolchados y cortinas. Queda muy bien cuando pintamos una pared con algún tono, generando profundidad.
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La combinación de colores claros y grises con toques de negro son ideales para las ambientaciones modernas. El negro puede utilizarse para hacer los detalles decorativos y también para la madera de los muebles. El color blanco puede aparecer en la ropa de cama y las cortinas.
En la búsqueda de una paleta sofisticada, podemos considerar la combinación de marrón chocolate y blanco. Si agregamos una pequeña araña o un lindo artefacto, una alfombra con dibujos y ropa de cama blanca, el resultado será puro esplendor.
Para crear un ambiente más íntimo se puede recurrir a una paleta de colores más oscuros, que da como resultado un espacio increíblemente relajante, además de ser sofisticado y glamoroso. Dentro del tono de los azules, hay unas variaciones interesantes para jugar entre las paredes, los colores de los cubrecamas, las cortinas y los adornos.
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En la decoración de dormitorios matrimoniales de estilo moderno podemos movernos con mucha libertad. Lo importante es pensar de antemano cual es el tipo de ambiente que querés conseguir en tu habitación matrimonial: relajante, juvenil, fresco, sexy, romántico, lúdico o clásico y recién después empezá a decidir colores y compras.
En los dormitorios matrimoniales modernos también podés utilizar las alfombras para decorar. Se usan mucho a los pies de la cama, en colores neutros y cálidos y materiales de lo más variados.
Una de las últimas tendencias es el estilo nórdico o escandinavo, que genera espacios despojados y minimalistas, con mucho blanco y una emocionalidad muy positiva.
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Una buena opción para darle un toque moderno al espacio es sumar obras de arte u objetos de decoración de última moda. Unos cuadros colgados en la pared van a dar un aire de buen gusto, personalidad y originalidad, que se puede reforzar utilizando unos cuadros más pequeños y otros más grandes y colocándolos de forma desordenada.
Si querés cambiar los pisos pero el presupuesto no te da o no querés una obra muy grande, podés considerar el uso del microcemento. De esta forma se pueden obtener unos claroscuros muy interesantes y un efecto de luces y sombras que, a su vez, se pueden intensificar con lámparas colgantes de diseño original.
No hay ninguna razón para que una habitación pequeña, incluso una muy pequeña, no pueda ser hermosa, relajante y llena de personalidad. El truco para crear un dormitorio encantador cuando la cantidad de metros cuadrados es limitada es hacer un uso inteligente del espacio que tiene, mantener el mobiliario a escala y elegir muy bien un par de objetos lindos que destaquen y aporten belleza a la decoración.
Por ejemplo, reemplazar los almohadones y almohadas en el cambio de estación va a dar como resultado ambientes más acogedores según la época del año. También se puede darle un nuevo aire a la mesita de noche, agregando una nueva obra de arte, sin necesidad de martillar, clavar ni romper nada.
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En una pared de superficie reducida, un revestimiento empapelado de impresiones mixtas se va a ver elegante y no caótico. La clave: ceñirse a unos pocos colores tranquilos (beige y crema) y variar la escala del diseño.
No se necesita tener muchos muebles, pero sí los adecuados. Lo importante es recuperar espacios. Por ejemplo, hay camas con cajones inferiores o, en su defecto, se puede aprovechar el espacio debajo de las camas para cajas de almacenaje, donde podríamos guardar mantas, ropa de otras temporadas, etc.
Para terminar, recordá que no importa qué tan lindo sea ese dormitorio que te encantó en la casa de un amigo o en una revista de decoración. Lo único importante es que elijas con tu pareja lo que les guste y les resulte cómodo a ambos, porque será un espacio de dos en el que compartirán muchísimas cosas. Planificar un rincón de encuentro, descanso y disfrute seguro multiplicará el bienestar.
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