Cultivar nuestras propias rosas es un lujo que podemos darnos si aprendemos algunos secretos de esta bellísima flor, asociada al amor, la pasión y la pureza, entre tantos otros símbolos derivados de su color y su particular perfume. Te contamos cómo podar rosales sin lastimarte con las espinas y cómo cuidar la planta para que te regale cada vez más pimpollos.
Lo primero que debemos saber es que la poda de rosales es una tarea que no podemos saltear si queremos tener estas hermosas flores en casa. Y debemos hacerlo de manera correcta para que la planta no se debilite.
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Para lograr un buen resultado y tener en el jardín rosas dignas de florería lo ideal es empezar por aprender cómo plantar rosales, cómo cuidarlos y cómo se podan las rosas, cuándo y con qué herramientas para hacer un buen trabajo sin dañar la planta.
Muchos creen que las plantas de rosas son difíciles de cuidar, pero son arbustos poco exigentes y de crecimiento rápido. Se adecuan muy bien en todas las zonas templadas del mundo y soportan temperaturas bastante extremas, que pueden ir desde 40ºc de calor hasta algunos grados bajo cero.
Se pueden plantar en macetas grandes, pero se desarrollan y lucen mejor en la tierra en un jardín. Necesitan tener bastante sol, abundante agua y es muy importante que tengan buena tierra y floja para que el riego drene bien.
También es necesario colocarles abono en época primaveral y en verano. Pero una de las claves para que la planta crezca de manera saludable y nos dé buenas flores es la poda.
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Podar es cortar las ramas, flores u hojas secas, muertas, dañadas o enfermas. En el caso de la rama, si está enferma verás un color marrón cuando la cortes; si está sana su color es blanco. Los cortes deben hacerse oblicuos, limpios y sin arrancar.
Como vimos, hay dos momentos para hacer esta tarea y una herramienta recomendada para cada uno:
Un dato importante: se pueden reutilizar los tallos cortados de las ramas que no estén apestadas. Basta con aplicarles en la base del corte hormonas de enraizamiento en polvo y plantarlos en una maceta pequeña con buena tierra y sustrato de cultivo universal. Mantené el riego y, en poco tiempo, comenzarán a crecer las raíces. Es recomendable que mantengas esos tallos en proceso de enraizado en la misma maceta por lo menos 6 meses.
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Es importante contar con las herramientas adecuadas, que en general sirven para podar rosales de arbusto y rosales trepadores. Lo ideal sería que cuentes con:
Los rosales no son plantas trepadoras en sentido estricto: por sí solas no pueden trepar como lo hacen las hiedras, la Enamorada del Muro, las parras, etc. Pueden hacerlo si las guiamos y las atamos. Por eso los rosales trepadores deben estar bien sujetos a un soporte (columna, celosía, muro, etc.).
Las rosas de los rosales trepadores no nacen directamente de las ramas principales sino que nacen de las ramas secundarias o laterales, que son las portadoras de rosas.
La poda se debe hacer todos los años pero no es complicada; sólo hay que recortar de 3 a 5 yemas y cortar en la base todas las ramas que veamos débiles o muy envejecidas, ya que ellas no darán flores. También hay que recortar los brotes que estén apestados.
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