Si bien las costumbres y el folklore popular sostiene que las fechas navideñas son tiempos de emoción y alegría, no todos vivimos la Navidad y el Fin de Año de manera optimista. En algunos casos, nos sentimos irritados y de mal humor, padeciendo más de disfrutando. Odiando, de algún modo, las navidades, a Santa Claus y todo lo que rodea a estas fechas. Es algo que se conoce como el Síndrome de Grinch. Qué es y cómo superarlo para poder disfrutar o pasarla menos mal (o más liviano).
Empecemos por desmitificar. No es verdad que las fiestas y la Navidad sean un momento soñado para la mayoría. En general uno llega cansado, con el año que cierra y los ciclos que obligan a balances y revisiones. Además, la pausa nos lleva a mirar de frente lo que somos, lo que nos rodea, lo que nos falta.
Pero… ¿Por qué durante las fiestas hay gente que siente melancolía y tristeza? ¿Qué es el Síndrome del Grinch? ¿Por qué molesta el hecho de que los demás disfruten de las fiestas? ¿Qué hace que la tristeza se convierte en odio a la Navidad?
Síndrome de Grinch
Ponerse de mal humor, sin ganas de festejar nada o estar irritado por las navidades son los “síntomas” del llamado síndrome de Grinch.
Por lo general, se espera que estemos que una mentalidad positiva para estos últimos días del año, pero también pueden existir diferentes circunstancias que hagan que nuestro estado de ánimo se perjudique sin importar en las fechas que nos encontremos.
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Existen varias razones por las cuales podemos empezar a experimentar el síndrome de Grinch. No ponernos de acuerdo para planificar organizadamente las fiestas o empezar discusiones con los familiares cerca de estas fechas.
También se puede dar por estar atravesando algún momento delicado o negativo justo en estas festividades. Esto hace que la mente no logré disfrutar plenamente de las festividades, y permanece estresada y sin ganas de festejar nada.
Qué hacer para superarlo
Despejar la mente y prepararnos antes de las fiestas navideñas es la mejor manera de evitar el síndrome de Grinch y mantener un pensamiento positivo. Entre algunas de las cosas que se pueden hacer podemos organizar un viaje y experimentar pasar las fiestas en lugares distintos a nuestra casa. Esto permite abrir la mentalidad y evitar una sensación de encierro y repetición cada año.
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También se pueden establecer tiempos limitados para cumplir con las obligaciones laborales y los compromisos formales, recordando así la importancia de celebrar acorde a la época navideña sin estresarse por la rutina cotidiana.
Otra alternativa es la de no sentirse presionado a hacer las mismas actividades navideñas que se cumplieron el año anterior. Está bien hacerlo siempre y cuando queramos hacerlo de verdad, y no por una cuestión de repetición.
Darnos a nosotros mismo alguna pequeña recompensa tras haber hecho una buena gestión de las tareas para organizar las fiestas es otra opción para aumentar el espíritu de la Navidad. Meditar o hacer yoga es otra de las prácticas que hacen bien a la mente para poner en orden los pensamientos y actuar con mejor claridad y positivismo.
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Las navidades son unas fechas para compartir y celebrar en familia y con amigos, pero también son días en los que se festeja haciendo lo que uno quiere. Experimentando nuevas actividades y tradiciones, visitando rincones nuevos de la ciudad y descubriendo recetas navideñas.
El enojo, la frustración y el mal humor son emociones que le ocurren a todo el mundo. Lo importante es saber manejarlas, entender que es tarea nuestra y de nadie más encontrar una solución a las disconformidades que sintamos, y por sobre todo entender que no hay que descargarse de mala manera con los demás. Podemos encontrar una mano amiga con la cual podamos hablar estas incomodidades, pero nunca desquitarse con el que nos está ayudando.
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