La basura es hoy uno de los principales problemas ambientales por la contaminación que genera. El crecimiento del consumo en ciudades superpobladas y culturas que privilegian lo desechable por sobre lo retornable multiplicó la cantidad de desechos y está poniendo en riesgo la salud de todos. Por eso, es clave tomar conciencia sobre la importancia de la clasificación de residuos. Aprender cómo separar la basura es un punto de partida al alcance de todos.
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Clasificación de residuos: qué es
La palabra suena un poco técnica, pero es sencillo: la clasificación de residuos es el proceso de selección y agrupación de residuos sólidos y líquidos que generamos a diario en los hogares y en las diferentes actividades humanas.
La clasificación de residuos es clave para un futuro sustentable porque facilita el manejo, tratamiento y reutilización de aquellos desechos que pueden ser aprovechables para un segundo uso.
Se denominan “residuos” todos los desechos que necesitamos eliminar. Pueden ser orgánicos o inorgánicos, y se clasifican según su origen y composición con el objetivo de definir cuáles son aptos para el reciclado.
Existen tres tipos de clasificaciones para los residuos:
- Según su composición (envases, papel y cartón, vidrio, etc.).
- Según su biodegradabilidad (orgánicos e inorgánicos).
- Según su origen (domiciliarios, industriales, hospitalarios, de construcción).
Cómo separar la basura
Para sumarse al cuidado del medioambiente, todo lo que pueda ser reutilizable debe ser destinado a lugares de reciclaje. Y la basura que no puede ser aprovechada debe ir a lugares de rellenos sanitarios, donde debe ser tratada para evitar problemas sanitarios y ambientales.
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Cómo se clasifican los materiales según su composición
Los materiales que desechamos se pueden clasificar según su composición o biodegradabilidad en residuos orgánicos e inorgánicos:
- Residuo orgánico: son los desechos de origen biológico, que alguna vez estuvieron vivos o fueron parte de un ser vivo, por ejemplo: hojas, ramas, cáscaras, comida y residuos de la fabricación de alimentos en el hogar.
- Residuo inorgánico: son los desechos de origen industrial o de algún otro proceso no natural, como pueden ser los plásticos, telas sintéticas, papeles, latas, etc.
- Residuos peligrosos: es la basura de origen biológico o industrial que constituye un peligro potencial para los seres vivos y debe ser tratada de forma especial. Por ejemplo, materiales médicos infecciosos, residuos radiactivos, ácidos, sustancias químicas, etc.
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Clasificación de residuos según su origen
- Residuo domiciliario: proveniente de los hogares y/o comunidades. Los residuos domésticos pueden ser orgánicos o inorgánicos, reciclables o no reciclables.
- Residuo industrial: su origen es producto de la manufactura o proceso de transformación de la materia prima.
- Residuo patológico: son en general los residuos hospitalarios, médicos o químicas. Son desechos que son catalogados como residuos peligrosos y pueden ser orgánicos e inorgánicos.
- Residuo comercial: provenientes de ferias, oficinas, comercios, etc.
- Residuo Sólidos Urbanos (RSU): son los que se originan en la actividad doméstica y comercial de ciudades y pueblos.
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Residuos orgánicos: cómo aprovecharlos
Más de la mitad de la basura que producimos a diario son restos de comida. Esa materia puede ser una fuente importante de abonos de alta calidad, que podemos usar como nutrientes y fertilizantes en nuestras plantas y huertas caseras. De esta manera, no solamente reducimos la cantidad de desechos, sino que ayuda a disminuir el uso de productos químicos que aumentan la contaminación.
Todo lo que no podamos aprovechar debe ir separado de lo sí se puede reutilizar, que son en general los materiales que no fermentan, llamados inorgánicos. La mayor parte son envases o embalajes.
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Residuos inorgánicos
Gran parte de estos materiales se pueden reciclar y recuperar, con lo cual vuelven a incluirse en la cadena productiva y de consumo. De esta manera, se ahorra energía y se consumen menos materias primas. Todo esto contribuye al cuidado de la calidad ambiental.
- Papel y cartón: el papel no es basura. Su reciclaje ahorra muchísima energía, reduce la taca de árboles y evita la contaminación del agua.
- Envoltorios y envases: representa un 20% de lo que tiramos.
- Plásticos: constituyen el 9% de la basura. Tienen una vida muy larga y son un gran problema medioambiental, ya que la mayoría no se degradan. En los hogares encontramos plástico en muchos objetos. El futuro es el reciclado de este residuo.
- Vidrio: los envases retornables se pueden volver a usar y, a la vez, el vidrio se puede recuperar.
- Textiles.
- Chatarra: constituye el 3% de la basura doméstica. Hablamos de latas de acero y aluminio, que suponen un perjuicio medioambiental por su largo tiempo de degradación. Su reciclado abarata los costos de elaboración.
- Productos peligrosos: los productos de limpieza, los restos de pinturas, medicamentos y pilas son altamente tóxicos. Estos productos necesitan una campaña de recogida específica para evitar la contaminación de aguas y suelos.
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Qué hacer con las pilas cuando se agotan
Las pilas son uno de los productos tóxicos más peligrosos por su contenido en mercurio, cadmio, plomo, litio y otros metales. Cuando se agotan o se queman, el mercurio se escapa y tarde o temprano va a parar al agua. Por eso, cuando pensamos en desecharlas es importante hacerlo con responsabilidad.
Nunca tires las pilas a la basura junto a otros residuos domiciliarios. Lo ideal es juntarlas y desecharlas en lugares adecuados para que se reutilicen y sus componentes contaminantes afecten lo menos posible. Recomendamos que las guardes en un recipiente de vidrio, bien cerrado y lejos del alcance de los niños. Los municipios suelen tener direcciones para acercarlas de manera personal o se puede coordinar su encuentro para retirarlas.
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Cómo separar residuos
Si separamos los residuos domésticos y los clasificamos como corresponde, podemos hacer un gran aporte al cuidado del medioambiente y reducir los gases de efecto invernadero. Te contamos brevemente cómo hacerlo:
Tipos de contenedores de basura
- Cesto de basura: lo recomendable es tener al menos dos cestos para separar lo orgánico de aquello que se pueda reutilizar. La bolsa de lo que es basura debe ser de color negro y debes arrojarla en el contenedor gris o negro cercano a tu casa. Los residuos del otro cesto -los que se pueden reciclar- deben ir en bolsa verde: si puedes, sepáralos según su clasificación y asegúrate de que estén limpios y secos. Deben ir al contenedor color verde de tu cuadra.
- Contenedores de reciclaje: además de separar los residuos según su clasificación, debemos depositarlos en los contenedores de reciclaje correspondientes, para que cuando lleguen a la planta de reciclaje puedan ser procesados correctamente. Estos se identifican según su color y cada color representa un tipo de material. Compartimos esta guía visual que resulta muy práctica para no confundirse.
El objetivo es claro: todos podemos colaborar para reducir lo más posible la cantidad de basura que va a rellenos sanitarios, separando aquello que se pueden recuperar. Entre todos, cuidamos el mundo y mejoramos nuestra calidad de vida.
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