Inés Fortin tiene 36 años, vive en una casa en Lobos. Se dedica al turismo, una actividad súper afectada por la crisis que está generando el coronavirus. Con su novio, Jorge, alquila dos cabañas, y está embarazada de tres meses.
Su emprendimiento está claramente hackeado por las medidas para frenar al virus y su situación económica se complica, como nos pasa a la mayoría. Sin embargo, escribió unas palabras que nos parece importante compartir. Aquí van:
A pocas horas de un obligatorio aislamiento, Argentina paralizada por ese discurso inflexible pero necesario; autoritario pero aliviador a la vez.
Mentes en blanco y un final bastante incierto y algo preocupante.
¿Cuánto tiempo? Imposible saberlo. ¿Y si ya es tarde? Incomprobable.
El mundo deseando que corran, o mejor aún, que vuelen los días que restan de esta espera… ¿Y todas las horas que quedan por rellenar!?!?
Una guerra con la vida misma, y los hospitales preparándose para recibir lo peor.
Clarísimo está que no controlamos ni manejamos los tiempos de este mundo.
Anoche, con ese discurso, me recorrió una emoción increíble, TODO EL MUNDO POR UNA CAUSA… Por uno, por el otro, por todos.
Podés leer: Debemos frenar la curva del coronavirus: la vacuna somos todos
La vida nos obligó a parar. A entender que cualquier plan que tuviéramos no vale nada.
Que ya no deben existir las corridas alocadas de rutinas sin sentido. Que no debemos delegar la educación de nuestros hijos a nadie.
Ya no podremos dar por sentados encuentros o abrazos con seres queridos; yo de ésto no me olvido.
Pasamos de empujarnos en los trenes, a no tocarnos… Llamativo.
En algún lado leí que las aguas de Venecia se cristalizaron y se ven peces, jamás pensado; el turismo no debe seguir dándose de manera masiva. Dejaron de derribarse bosques para alimentar fábricas, entonces finalmente respiran tranquilos nuestros árboles.
El consumo se redujo a la mínima expresión.
El ser humano deteriora, somos destructores y eso no es gratis. Que ésto sea un aprendizaje
Cuando todo termine será como un “volver a nacer”, pero sabiendo que hay un límite… Y que no debemos traspasarlo.
La Tierra se detuvo, debemos escucharla.
Podés leer: «Evitar una muerte también es salvar vidas»: carta abierta de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva
Te puede interesar:
Utilizamos cookies de terceros para mostrar publicidad relacionada con tus preferencias. Si continúas navegando consideramos que acepta el uso de cookies. Puede obtener más información en:
Politica de Privacidad