Horóscopo 2020 del amor: predicciones sobre relaciones y deseos

La astróloga Beatriz Leveratto detalla la influencia que tendrán Marte y Venus en cada signo.

Con respecto a los movimientos planetarios de 2020, los astrólogos advierten un clima de particular intensidad que antes de atemorizarnos sugieren transitar el año con mayor conciencia y -por tanto – con menos miedo.

En 2020 dos grandes planetas se juntan en el cielo: Saturno -muestra la realidad sin anestesia- y Plutón -mueve intensidad y potencia-, al encontrarse en Capricornio, nos proponen una nueva forma de manejar el poder tanto a nivel personal como social y colectivo. Ellos se reúnen en el cielo cada 34 años (en promedio) y es por eso que este será un año especial donde nuestras estructuras fundamentales se verán particularmente afectadas.

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A este clima tan especial se suma que en diciembre 2020 también se producirá el encuentro en Acuario de Júpiter -la lupa expansiva- con Saturno -la construcción posible-, evento que desencadena nuevos sentidos y proyectos más eficientes y objetivos en el mundo y en la vida personal. Este evento sucede en el cielo cada 20 años.

Para sumar intensidad, habrá otros dos planetas que harán un movimiento diferente: Marte y Venus, pues en este año tendrán sus días de retrogradación. Venus y Marte simbolizan en el lenguaje astrológico dos engranajes fundamentales para lograr la fluidez de las relaciones en general y de los vínculos amorosos en particular. Marte, que se asocia al deseo y la conquista, y Venus, que se asocia a la seducción y al complemento, y ambos retrogradan en 2020 haciendo de este año un tiempo donde también replantearse vínculos y sincerar las relaciones amorosas.

Venus simboliza nuestra capacidad de armonizar; para amar y valorar la abundancia que nos rodea. Suele moverse de modo directo, se traslada de oeste a este durante 584 días seguidos para solamente dar la apariencia (mirado desde la Tierra) de detenerse y comenzar a retrogradar durante 42 días donde cambia su dirección y se mueve de este a oeste.

En 2020 sucederán estos 42 días de retrogradación de Venus y lo hará en el signo de Géminis entre el 13 de mayo y el 25 de junio. Es posible que en este mes y medio se pongan de manifiesto aquellas complicaciones amorosas que veníamos minimizando y se activen tensiones latentes que lleven a replantearnos viejos acuerdos y a reformular alianzas. Sin embargo, este tiempo de “tensión” venusina también nos conecta con la veracidad de nuestras relaciones y nos lleva a tener que sincerar nuestros amores y a actualizar la vigencia de nuestras relaciones.

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Venus retrogradando en el signo de Géminis movilizará principalmente a aquellas personas con fuerte presencia del este signo en su mapa astral (Luna, Sol o ascendente, o también Venus en Géminis), pues sugiere un tiempo para darse permiso de cuestionar y sincerar sus elecciones de vida, para rever su capacidad de disfrutar de lo que hace, para recontratar sus vínculos amorosos y también para re organizar sus relaciones comerciales.

En cambio, las personas con fuerte presencia de Sagitario en su mapa natal (Luna, Sol o ascendente y también Venus en Sagitario) sean quizás quienes vivan los replanteos a través de otros y probablemente se sientan más cuestionados por su entorno.

Para aquellos con Virgo y Piscis destacados (Luna, Sol o ascendente y también Venus en Virgo o Piscis) esta retrogradación puede evidenciar tensiones y conflictos vinculares inesperados pero que pueden ayudarlos a purificar sus relaciones.

Las personas con Libra o Acuario destacados (Luna, Sol o ascendente y también Venus en Libra o Acuario) durante el período de retrogradación en Venus pueden hacerse genuinos replanteos amorosos intentando optimizar sus relaciones sanando viejas heridas de amor.

Marte, por su parte, representa el coraje y la valentía para decidir por nosotros mismos y la acción arriesgada para conquistar aquello que anhelamos. Este planeta asociado al deseo y a la iniciativa también suele moverse de modo directo -de oeste a este- y lo hace durante 780 días seguidos y solo da la apariencia -visto desde la Tierra- de moverse al revés, durante un “breve” período de 73 días.

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Retrograda cada dos años y se queda seis meses en un mismo signo y en 2020 Marte se detiene y retrogradará en Aries -su signo regente-. Se queda en Aries desde el 28 de junio del 2020 hasta el 6 de enero del 2021 y retrograda puntualmente desde el 9 de septiembre al 14 de noviembre.

La retrogradación sugiere un tiempo para cuestionar la vitalidad de nuestros proyectos, para redireccionar nuestra vida y enterarnos de cuán capaces somos de registrar los actos de violencia -sociales e individuales-, denunciarlos y condenarlos.

Marte retrogradando en el signo de Aries llevará a un fuerte replanteo vital a aquellos con fuerte presencia de signos cardinales -Aries, Cáncer, Libra o Capricornio- en sus cartas natales y en particular a las personalidades arianas (Luna, Sol o ascendente y también Marte en Aries), pues serán los más afectados a superar sus miedos y asumir el riesgo de animarse a iniciar una vida más autónoma.

Las personas con Libra destacado (luna, sol o ascendente y también Venus en Libra) con la retrogradación de Marte en Aries podrán sentirse violentados por los otros; su entorno puede mostrarse más convulsionado y agresivo pero si pueden responder a esta tensión de manera constructiva hallarán que sus relaciones se convertirán en motores para accionar y decidirse.

Las personalidades con mayor presencia de Cáncer o Capricornio (Luna, Sol o ascendente y también Marte en Cáncer o Capricornio) en su carta natal podrán sentir en este periodo de retrogradación cierta presión por definirse y comenzar a cerrar y ordenar todos los frentes que tienen abiertos para recuperar la energía dispersa y enfocarse en las situaciones que de verdad le interesan.

Para aquellos con Leo y Sagitario destacados en su mapa astral (Luna, Sol o ascendente y también Marte en Leo o Sagitario) este período de retrogradación de Marte sugiere un tiempo para redefinir actividades, para confiar en que podrán discriminar sus genuinos deseos y frenar un poco la vorágine y oleada de labores y proyectos que los distraen de lo importante.