Es un verdadero ícono de la banda. ‘(I can’t get no) Satisfaction’ es la canción insignia de The Rolling Stones y la primera que se nos viene a la cabeza cuando hablamos de, mítico grupo banda de rock británica, vigente sin altibajos desde abril del 62. Es un himno, pero su historia es patrimonio exclusivo de los más fanáticos: nació en la madrugada del 7 de mayo de 1965, mientras estaban hospedados en el New Fort Harrison Hotel de Clearwater, al Oeste del Estado de Florida.
Terminaba un día agotador de intensa gira por los Estados Unidos cuando Keith Richards, un joven rebelde de apenas 21 años, se entregó a un momento de inspiración al final del día y, grabador en mano, tomó su guitarra y tocó los primeros compases de la que podría ser una nueva canción. “Luego me quedé dormido y en aquella cinta quedaron grabados dos minutos de Satisfaction y cuarenta de ronquidos”, confió años después.
Al día siguiente, Keith Richards hizo escuchar la grabación a Mick Jagger. Quedó fascinado y en los días siguientes el grupo entero se dedicó a terminar el resto de la melodía y la letra que la llevaría a la gloria.
Apenas tres días después grababan en Chicago una primera versión para comprobar los resultados. Fue tal la locura que generó que decidieron sumar el tema a su tercer álbum. El 12 de mayo, tras casi 24 horas encerrados en los estudios de grabación RCA, en Hollywood, Satisfaction nació para ganarse el podio entre las mejores y más famosas canciones del mundo.
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