Si estás hablando con tu perro o tu gato formas parte del 94% de las personas que lo hace. En estos momentos difíciles, las mascotas son uno de los principales pilares de apoyo emocional: resultan la mejor compañía (55%) en época de encierro y aportan tanta “buena onda” que no resulta una carga cuidarlas o el costo del alimento.
Lo refleja un estudio efectuado por D’Alessio IROL sobre la relación de las personas con sus mascotas y su impacto en tiempos de cuarentena obligatoria. Los datos corresponden a la medición realizada en forma online durante mayo de 2020 que incluyó la respuesta de 300 argentinos que tienen mascotas.
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Las claves del estudio:
1) Los argentinos establecen un vínculo de estrecha familiaridad con su perro o gato; los integran a su familia y sienten que reciben mucho más que lo que resulta cuidarlos o el costo de su alimentación.
2) Las mascotas ingresan, en su mayor parte, por adopción y por una razón fundamentalmente emocional; son fuente de gratificación (59%), se integran como un miembro más de la familia (68%) y hasta las sienten como sus hijos (18%).
3) Para un tercio de los millennials, las mascotas están ocupando el lugar que antes ocupaban los hijos (32%).
4) La entrada de una mascota impacta en un círculo positivo, por un lado la responsabilidad y compromiso con su bienestar de las personas hacia sus animales; y por el otro, el afecto que estos les brindan. Desean sentirlos felices (96%) y que vivan muchos años (88%).
5) La relación cotidiana revela la humanización que se efectúa de las mascotas. El 94% les habla y 80% está seguro que entiende lo que le dicen.
6) Algunas dificultades con los paseos parecen ser problemas más importantes que el costo o la entrega del alimento: solo 3 de cada 10 se quejan del encarecimiento del alimento, de la dificultad del delivery o que deben pagarlo ahora en efectivo.
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Las mascotas resultaron la mejor compañía (55%), una “bendición” (42%), en estos momentos de temor y encierro, corroborando el bienestar anímico que tanto perros como gatos brindan en este contexto de temor y encierro.
La compañía que bridan, en estos momentos, resulta aún más valorada entre millenials (86%), y habitantes del Gran Buenos Aires (80%).
En la mayor parte de los hogares, 7 de cada 10, las mascotas se incorporan por adopción. En especial en los últimos 5 años (87% las adoptaron vs. 64% que las tienen desde hace más de 20 años).
También, la adopción es más habitual a medida que es menor el nivel socioeconómico del hogar: 80% en los niveles medios bajos, 67% para el sector medio y 43% para los de mayores ingresos.
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Básicamente, se desea tener una mascota porque se sienten como un aporte de gratificación (59%), especialmente en hogares de menor nivel socioeconómico (64%), y por resultar una compañía “que solo te quiere” (30%), más acentuado entre los de mayor nivel socioeconómico (43%).
En forma complementaria, quienes adoptaron a su mascota sienten que le hicieron un bien (36%) al darles un hogar “donde se sientan seguras” y “pueden vivir mejor”.
Para los argentinos el vínculo con su mascota es sumamente estrecho, es un miembro más de la familia (68%) y llegan a ser considerados como hijos (18%). Solo 1 de cada 10 se siente “dueño”
El establecer un vínculo filial es aún más notorio entre los millennials (menores de 35 años), donde asciende a un 32%. Quienes adoptaron, refuerzan esta idea de mayor cercanía y afecto en la que se lo siente como un hijo, o bien, como un miembro más del hogar.
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Son varias las sensaciones que despiertan las mascotas: en primer lugar, la responsabilidad (79%), y el compromiso (66%) por su bienestar y, en tercera posición, la compañía que brindan (60%), estando esta última muy cercana a la mejora del ánimo (59%).
Entre aquellos que los tienen por lo menos hace 10 años, aumentan las sensaciones positivas. Destacan el compromiso y el compañerismo que brindan.
En cuanto a la relación cotidiana con su mascota, todos les hablan (94%), los abrazan (84%), las entienden (74%) y comparten sus fotos (54%).
La mayor parte, 80%, considera que su mascota entiende lo que le dicen, siendo una percepción aún mayor entre quienes tienen una en el hogar desde hace más de 10 años (87%) y quienes la ven como un hijo o integrante de la familia (84%)
Los seniors muestran una mayor inclinación que los más jóvenes a abrazarlos y señalan tener mejor capacidad para reconocer cuando están mal de salud. Por su parte, los millennials suelen subir más fotos a las redes sociales.
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Sin lugar a duda, las personas valoran altamente la calidad de vida de sus mascotas, le dan mucha importancia a sentirlos contentos, a la posibilidad que vivan por largo tiempo y, a la energía que demuestren. Estos aspectos presentan una importancia aún más marcada entre quienes los sienten como sus hijos o parte de su familia. La energía, por su parte, tiene más importancia entre mujeres (calificaciones de 8 a10, 78%), en hogares de nivel medio bajo (87%) y millenials (91%).
En cuanto a la relación de las mascotas con la familia, prima el buen comportamiento como principal atributo. En segundo lugar, destacan su cualidad como guardianes. Algo menos de la mitad, asignan el hecho de que puedan entretenerse por sí solos.
La buena conducta y que sean guardianes son características que demuestran tener mayor peso en los hogares de menores ingresos (calificaciones de 8 a 10, 75% y 74%, respectivamente). En cambio, su capacidad para entretenerse es aún más apreciada entre los de nivel medio alto (calificaciones de 8 a 10, 71%).
Las mascotas duermen adentro (79%) y para un tercio lo hacen en sus dormitorios y hasta en su cama. En especial, si los sienten como sus pequeños hijos
Por el contrario, los que mantienen una relación más distante los alojan en el patio o jardín. Esta situación resulta más notoria entre los sectores medios altos (43%) y entre hombres (33%).
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Para quienes toman la decisión de tener una mascota, el costo que conlleva mantenerlos no implica una gran preocupación, teniendo en consideración que solamente un tercio le otorga una calificación de 8 a 10. No obstante, esta cuestión ve incrementada su importancia entre aquellos que solían tener un perro y que actualmente no lo tienen, donde asciende a un 44%.
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Finalmente, en relación con la detección de inconvenientes vinculados con las mascotas en estos días de encierro, la mitad de los ciudadanos indica no haber tenido ningún problema.
Entre los que sí encuentran quejas, se destaca el incremento en el precio del alimento (19%), siendo una crítica más aguda entre los mayores de 65 años y quienes habitan el Gran Buenos Aires (33%). En segunda posición, se halla la restricción para los paseos en la calle (aunque solo para un 15%, con un incremento entre los estratos medios altos -25%-, millennials -29%- y los del interior -22%-).
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