Una mascota no es solo un simple animal, sino un miembro más de la familia a la que se ama, respeta y cuida. Apostar por su seguridad también es una muestra de afecto, queriendo que se lastime lo menos posible. Hoy te contamos cuál es el truco que le podés enseñar a tu perro para que no actúe impulsivamente.
A la hora de convivir con una mascota, el factor de la enseñanza y los modales es uno de los principales aspectos a tener en cuenta. Tener una mascota no entrenada resulta en comportamientos impulsivos, haciendo que no solo cause daños en el hogar sino que también puede que se lastime a sí mismo.
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No siempre es fácil educar a una mascota. Siempre dependerá del tipo de raza que sea o del nivel de atención que tenga. Pero nunca es imposible enseñarle un par de trucos y señales para determinadas ocasiones. Estos conocimientos le pueden servir al animal para evitar situaciones peligrosas como iniciar peleas con otros animales, romper materiales del hogar o entrar en contacto con objetos peligrosos (elementos cortantes o de alto voltaje).
Cuando hablamos de señales que le pueden salvar la vida al animal no nos estamos refiriendo a los típicos trucos de sentarse, dar la pata o rodar. Sino que se tratan de indicaciones con efecto inmediato que hace que la mascota entienda lo que debe hacer, y así realizar la acción rápidamente.
Para los casos en los que se necesita que la mascota cesa su actividad y se mantenga quieta en una posición, una buena y clara señal de freno es lo más adecuado para emplear. Lo primero que hay que tomar en cuenta a la hora de enseñar esta indicación es que adoptar una posición estática.
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Esto se hace principalmente para que el perro empiece a entender la finalidad de esta señal. Una de las metodologías que se pueden usar es pararse frente al animal y enseñar un premio, ya sea un juguete de goma, un hueso o porciones de su propia comida. Al mismo tiempo que le estamos mostrando este premio, la mascota no debe moverse ni acercarse a él. Tiene que entender que debe quedarse donde está.
Se puede usar palabras como “alto” o “quieto” y hacer que el animal las asocie con dejar de moverse. Cada vez que haya permanecido inmovible frente a la señal, se le debe recompensar dándole ese premio. Para ir aumentando la dificultad, uno puede tomar unos pasos hacia atrás para estar un poco más lejos de la mascota y aplicar el mismo método.
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Esto le hace entender que no importa cuál es la distancia; si la orden se da, hay que cumplirla. También se puede ir aumentando la dificultad si la persona comienza a merodear por los alrededores o hasta incluso que pase por detrás del perro.
Siempre pueden ocurrir algunos fallos o dificultades a la hora de querer enseñarle este tipo de trucos. Pero para que la enseñanza sea efectiva, la actividad dependerá del nivel de atención del animal y de las condiciones del entorno.
Por lo general, cuando vemos que la mascota no está prestando atención, es posible que se trate de la cantidad de estímulos que se encuentran en el ambiente que lo rodea. Por ejemplo, a la hora de entrenarlo, puede que la habitación esté repleta de cuadros con colores intensos o que hayan dispositivos (radio, televisión) encendidos. Todo esto distrae al animal de su trabajo principal.
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Es por eso que, para conseguir que preste atención y que no se estrese, se debe optar por espacios llanos sin distracciones. Y en lo posible también se recomienda que en el lugar no haya otros animales ni personas a la hora de entrenarlo.
Otro de los aspectos a tener en cuenta es el tipo de luz que hay en el lugar. Por lo general, los ambientes oscuros y poco iluminados generan inseguridad en las mascotas. Por lo que no solo no estará del todo atento a las señales sino que también estará pasando un momento tenso.
Es importante centrarse en lo que necesita el perro más que en qué quieres que haga, porque tener un perro feliz es la mejor manera de que aprenda cualquier orden
Como mencionamos antes, decirle a la mascota que frene y que se quede quieta funciona para evitar que entre en contacto con objetos peligrosos o que se pelee con otros animales. Existe muchas otras situaciones en la que, debido a los impulso del animal, este salga herido.
En caso de estar paseando con el perro y que de un momento a otro se le rompa la cadena, las reacciones que este puede tener son muchas. Uno de las principales cosas que haría es salir corriendo a máxima velocidad sin saber por dónde va, haciendo que se pierda o que se lastime. En el peor de los casos, puede que cruce la calle rápidamente y sea atropellado por un vehículo.
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No se trata de un truco estético ni para entretener, sino más bien es para pensar en la seguridad del animal. Darle la señal de freno puede salvarle la vida en muchas ocasiones, o por lo menos evitar que se haga daño. Es por eso que inculcarle este tipo de enseñanzas a las mascotas es fundamental para su bienestar y seguridad.
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