Suele ser un tema recurrente el de las relaciones sexuales en el grupo de amigos. Y la pregunta que nunca falta: ¿cuántas veces a la semana tienes sexo con tu pareja? Y empezarán a salir cifras que a todos nos hacen darle vueltas a la cabeza. Unos dirán todos los días, otros cada tanto, y otros una o dos veces por semana… ¿O por mes?
Es muy personal y muy de cada pareja. Las cifras no siempre coinciden y más de una vez la inquietud se instala: ¿Tengo poco sexo con mi pareja? ¿Es importante la frecuencia con la que mantenemos relaciones sexuales en un vínculo estable? ¿Hay un número mágico?
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¿Qué es lo normal? ¿Es pertinente usar esa palabra? Pensar que la persona que lo hace todos los días es más feliz con su pareja que la que lo hace una vez a la semana es, según los expertos, una tontería. No hay realmente una cifra que establezca el nivel de felicidad en la pareja.
No debería de haber una cantidad exacta que determine si una pareja es feliz en función del número de veces que mantiene relaciones sexuales. Eso varía en función de cada momento de la relación y de la situación personal de ambos.
Pueden ser épocas de altibajos provocadas por falta de apetito sexual, estrés en el trabajo, etc. Hay momentos de mayor intensidad y otros de calma, más amesetados. La energía es una y uno no puede ponerla en todos lados al mismo tiempo.
Lo que es clave es que la cantidad y calidad de la relación satisfaga a ambos. Pero no dejar que la llama se apague es importante para que el vínculo tenga el nivel de intimidad y felicidad que la pareja requiere.
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Según un estudio llevado a cabo por la Universidad de Toronto (Estados Unidos), publicado en la revista Social Psychological and Personality Science, la frecuencia con la que una pareja mantiene relaciones sexuales sí puede estar vinculado al grado de satisfacción de la misma.
El estudio, realizado a lo largo de cuatro décadas y entre más de 30.000 parejas norteamericanas, refleja que una vez a la semana es la cifra que marca la estabilidad y bienestar de una relación estable.
“Más no es siempre mejor”, defiende la impulsora del estudio, la psicóloga social Amy Muise. Cada pareja tiene unas necesidades completamente únicas. La base de todo debería ser la conversación y la comprensión con la otra persona para que ambas partes estén cómodas. Empatizar con tu pareja para entender la situación.
Una relación con poco sexo no es una relación descompensada. Puede que a algunos les resulte imprescindible y tiene sus beneficios (cuando es placentero), pero debemos ser conscientes de que mantener relaciones no es una necesidad básica como puede ser comer o dormir.
De ahí la importancia de hablar con tu pareja, de saber cómo os sentís cada uno en cada momento para que a ambos os apetezca y no llegue un punto en el que se mantengan relaciones solo por complacer a la otra persona.
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