Con el paso del tiempo, el brillo inicial que tienen las piletas de fibra de vidrio puede empezar a opacarse. El sol, la lluvia y el descuido propio de los meses de frío hacen que el azul celeste de sus paredes se vaya destiñendo y desgastando. Para que recuperen el color del primer día te contamos cómo pintar una pileta de fibra de vidrio y prepárate a disfrutar el verano.
Es importante tener en cuenta que pintar una pileta de natación es una tarea que tiene algunas particularidades, con lo cual es conveniente seguir algunos pasos.
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Las piletas de fibra pueden pintarse antes de su instalación o, pasado un tiempo, como medida de mantenimiento. Lo que los fabricantes recomiendan es pintarlas cada 4 o 5 años, pero esto depende siempre de la calidad de su material. Te contamos cómo resolverlo vos mismo para ahorrarte una buena cantidad de pesos.
El primer paso es desagotarla completamente. Retira las hojas y cualquier otra suciedad de las paredes y el piso. Limpia a fondo la superficie con agua lavandina diluida para eliminar los restos de algas o verdín. Puedes lavarla si quieres con una hidrolavadora (puedes ver: Qué hidrolavadora comprar: consejos para elegir bien.
Una vez que quede limpia, toma una lija gruesa (puede ser una 180) y pásala en líneas rectas de manera manual. Es aconsejable no utilizar un lijador orbital en la fibra de vidrio porque esto provocará que la pintura se adhiera mejor en las líneas rectas que en líneas circulares.
Luego de este procedimiento, lava toda la superficie con agua y detergente para eliminar cualquier resto de polvillo. Después, mezcla una taza de fosfato trisódico (TSP) con siete litros de agua tibia y limpia la pileta usando esta mezcla con un cepillo de mango largo. Esta tarea concluye enjuagando todas las superficies con agua.
Es fundamental dejar que se seque por al menos tres días antes de pintarla. Antes de comenzar este paso, ponle cinta de papel a la escalera, a las luces y a los accesorios que no debes pintar.
La primera mano debes dársela con un Fondo Epoxi diluido al 30%. Una vez hecho ésto, hay que dejar secar por 24 horas. Es recomendable usar una pintura Epoxy exclusiva para piletas.
Una vez transcurrido ese tiempo, ya puedes pintar con el color elegido. Antes de empezar, agita y revuelve bien la pintura. Luego aplícala a las paredes con un rodillo, de abajo hacia arriba y no de manera horizontal. Al final pinta el piso. Dale una primera mano de pintura para piletas diluida y, a las 24 horas, dale una segunda mano, pero esta vez casi pura.
Una vez terminado el paso anterior ya no queda nada por hacer. Sin embargo, hay que esperar siete días antes de llenar la pileta, para asegurar un curado completo de la pintura.
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Los elementos que debes tener a mano para llevar adelante esta tarea no son muchos, pero son muy específicos.
Existen dos tipos: las de base acuosa, que se aplican a las piscinas de mampostería, y las de base solvente, que se pueden emplear tanto para las de material como para las de fibra de vidrio. Para estas últimas existen en el mercado nuevos productos a base de poliuretanos (dos componentes) muy resistentes, de óptima estabilidad y muy durables.
Para saber cuál es la mejor pintura para piletas tienes que observar que esté formulada a base de pigmentos y resinas acrílicas. Debe indicar que sea un producto de muy buena resistencia a los sustratos alcalinos y a las sustancias utilizadas en el tratamiento para la conservación del agua.
El color más habitual de pintura para piscinas es, sin duda, el azul. Este tono está asociado a la limpieza, la frescura y la claridad. Por otro lado, el color azul nos permite ver el fondo perfectamente. Se pueden encontrar otros colores, como blanco, verde e incluso rojo. Las propiedades de cada color son diferentes.
El verde puede dar sensación de suciedad y hacer que las algas o verdín pasen desapercibidas. Sin embargo, si el agua está bien cuidada, el verde rememora el color de las aguas caribeñas, generando una hermosa sensación de relax.
El blanco, por su parte, aumenta la luminosidad y capta mejor los rayos de sol. Esto puede provocar deslumbramiento y que el agua se caliente en exceso.
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Para pintar la superficie podemos usar un rodillo o, si deseas un acabado mucho más profesional, puedes usar una pistola rociadora. En este caso es recomendable que la sepas usar adecuadamente o que la pruebes y practiques un poco con ella antes de empezar.
Es muy buena opción para terminar el trabajo en menos tiempo.
Si preferís no usar la máquina y hacerlo de manera más artesanal, puedes recurrir igualmente a sistemas alternativos que te ahorren trabajo. Hay algunos rodillos mecanizados que succionan la pintura directamente desde la lata y la almacena en el mango. Tienen un gatillo dosificador que carga al rodillo con la cantidad necesaria de pintura. El mango permite pintar paredes altas y techos sin necesidad de usar escalera.
La bandeja plana es ideal para utilizar con extensores. Facilita el trabajo de absorción y evita la sobrecarga de material en el rodillo. Esto te ayudará a una terminación más prolija.
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