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Decoración nórdica: secretos y encantos del estilo europeo

En el mundo del diseño de interiores, la cultura del norte de Europa se ha convertido en un gran referente por su elegancia y su funcionalidad. Claves del estilo nórdico y escandinavo y cómo sumarte a la tendencia.

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La decoración nórdica o escandinava tiene muchos años, pero, de la mano de su gran elegancia y funcionalidad, irrumpió con gran ímpetu hace un poco más de una década en los hogares de millones de personas. Se la considera una gran aliada a la hora de generar espacios confortables y llenos de luz. Compartimos las claves del estilo europeo más famoso y acogedor.

Para entender la propuesta de la decoración nórdica es fundamental entender de dónde viene: nació en Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca, países donde hay poca luz natural la mayor parte del año y donde los inviernos son demasiado largos y duros. Por eso, su objetivo es justamente combatir la oscuridad, transmitir paz y promover ambientes confortables en los cuales refugiarse cuando el frío obliga a guardar en casa.

Decoración escandinava

Una de las claves de la decoración nórdica es crear espacios marcados por la armonía y la tranquilidad. Este objetivo se consigue a través de colores neutros y sosegados, a los que se suman formas muy marcadas y geométricas. Justamente, uno de los ejes del estilo escandinavo es el particular orden que se le da a los elementos y la iluminación.

Otro sello de esta propuesta tiene que ver con la unión con el mundo natural. La principal fuente de inspiración para crear un hogar con este tipo de decoración debe ser la naturaleza, con lo cual el material estrella de este movimiento decorativo no es otro que la madera.

También debemos hablar de simpleza y sencillez en las formas. Quedan totalmente fuera de este estilo las figuras recargadas o con un detalle excesivo. Los muebles y objetos de diseño tienen formas suaves y ligeras, creando un estilo refinado y natural.

Claves del estilo nórdico

  • Lo primero que debemos saber es que el minimalismo está muy relacionado con la decoración escandinava. La búsqueda de simpleza y funcionalidad debe verse en el conjunto general, no sólo en la elección de los muebles. Y, como dijimos, son los tonos claros los que se llevan todo el protagonismo. Eso sí: el dinamismo y el colorido no quedan afuera, sino que se introducen en pequeños accesorios de colores intensos.

Blanco y radiante: ejes de la decoración nórdica

  • Luz, luz y más luz: Donde se debe hacer especial foco es en la iluminación, ya que es esencial que sea abundante. Por este motivo es que los tonos claros son los protagonistas, porque expanden la claridad.
  • La luz natural no debe ser interrumpida. Por eso se aconseja no vestir los ventanales. Si debemos hacerlo por cuestiones de intimidad o exceso de “sol”, lo mejor es colocar telas ligeras de tonos muy claros. Quedan terminantemente prohibidas las telas tupidas en cortinas.
  • Cuando debemos ayudar con luz artificial, hay que escoger luces blancas y potentes, teniendo mucho cuidado de no crear juegos de luces y sombras que puedan ensombrecer el interior.
  • También es fundamental evitar el uso de tonos oscuros en superficies grandes como suelos, paredes y muebles.

Bendita madera

No nos cansamos de repetirlo… El blanco es el color insignia del estilo nórdico. Debe estar presente tanto en paredes como en muebles, telas, complementos y hasta en el suelo. Es muy habitual que se combine con el beige y el gris. Esto no significa que el resto de los colores estén prohibidos. Aquí es donde juegan los objetos de decoración, los textiles, las lámparas e incluso los cuadros.

Por su parte, la idea principal de este tipo de decoración es no llenar el espacio de piezas sin uso.

No existiría estilo nórdico sin madera. No sólo se ve en paredes, suelos, y muebles, sino también en todo tipo de complementos, como pueden ser portavelas o accesorios de mesa. Aquí las tonalidades de la paleta cromática que más se usan son, obviamente, las claras, como el haya o el abedul. La idea principal es atraer la luz al hogar y así poder crear espacios más acogedores y envolventes.

 

Muebles estilo nórdico

En cuanto a los muebles nórdicos lo que predomina es la sencillez, las líneas rectas y depuradas, combinadas con suaves curvas y líneas orgánicas. Por eso es que mucho asocian este tipo de decoración con la minimalista.

La elección de los muebles escandinavos tiene por objetivo lograr un ambiente diáfano y lo más espacioso posible, evitando cualquier cosa que pueda romper la armonía lograda.

  • Combinar y mezclar: Aunque quedó muy claro que la madera predomina, no hay que dejar de poner algún toque extra. Es muy común poder combinar este material con otros. Se puede usar una mesa nórdica con sillas nórdicas con algún mueble de estilo industrial. Como así también un sillón nórdico con algo vintage. De esta forma se puede crear un espacio más personal

Naturaleza en tu hogar

  • Textiles 100% naturales: La naturaleza se impone en la decoración escandinava y los textiles juegan un papel importante. La lana, el algodón y el lino no pueden faltar en las casas nórdicas. Aunque lo que se ve muchísimo en este estilo son las pieles en mantas, almohadones y alfombras, especialmente en época invernal. Lo que debe quedar claro es que la elección siempre debe volcarse en aquello que sea natural.

Cómo sumar color al estilo nórdico

  • Detalles para no aburrirse: Aunque el estilo nórdico se caracteriza por ser muy sobrio, los estampados nunca faltan para dar un toque alegre y –por qué no-atrevido.
  • Los motivos geométricos, donde predominan los rombos y los rectángulos, son los más usados. Se combinan con colores poco saturados, como es la gama de los pastel; este tipo de tonalidades se encuentra principalmente en accesorios, almohadones y hasta en paredes, como en los dormitorios de los más pequeños.
  • Objetos “handmade”: Para no quedar fuera de la tendencia, este estilo nórdico también se suma a la filosofía DIY. Todo lo que esté hecho a mano suma y mucho. Puede ser una manta de crochet o una manta de patchwork, muebles restaurados, piezas decorativas que estén hechas con troncos, etc.
  • Suelos cálidos: En ese tipo de países escandinavos es normal que llueva y haga mucho frío, por lo que es habitual  descalzarse al llegar a casa para así evitar mojarlo todo y estropear los suelos. Allí la costumbre es guardar todos los zapatos en el recibidor. Por ello es tan importante buscar soluciones más cálidas y acogedoras para los suelos. Aunque es normal que los mismos estén hechos de madera, es usual ver muchas alfombras porque actúan como aislante térmico y, al mismo tiempo, permiten añadir algo de textura y/o de color a la decoración.
  • Decorar con velas y plantas: Aunque no son los únicos, estos complementos son imprescindibles en este estilo decorativo. Pero para no desacertar hay que tener en cuenta las estaciones. En invierno, por ejemplo, gracias a la falta de luz natural se decora con candelabros, faroles y vasitos de vela de distintos colores. Mientras que, en verano, se usan muchos jarrones y floreros para dar calidez y hacer que la naturaleza entre en casa.

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