Eterno problema: ¿con quién pasamos las fiestas?

No dejes que al estrés de fin de año se le sume el problema de con quién pasamos las fiestas. Algunos tips para solucionarlo y disfrutar con los afectos.

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La frase que se escucha mucho cuando se acercan las fiestas es, con quién pasamos las fiestas. ¿Pasamos Navidad con mis papás y Año Nuevo con los tuyos? Y si alguno no está de acuerdo, empiezan las discusiones y los problemas. Esto solo genera agotamiento y malhumor.

En un mundo ideal sería genial pasar las 2 fechas con ambos, pero las distancias, las familias muy grandes, o las diferencias de caracteres, hacen que esto sea casi imposible

Entonces, ¿cómo evitar que este dilema se convierta en una pelea que arruine la Navidad?

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Con quién pasamos las fiestas

No te preocupes, hay varios caminos y hay que dialogar y negociar con “buenas armas”, sin querer manipular para así encontrar la mejor solución al dilema y que todos queden felices.

El diálogo honesto siempre es el mejor camino: poné el tema sobre la mesa lo antes posible. Dejar pasar el tiempo no acumula posibilidades de ganar, sino más estrés y tensión. Hablá con tu pareja y negociá con justicia para ambas familias.

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Tener en cuenta a los niños: si tienen hijos, pensá que ellos se divertirán y entretendrán si comparten con sus familiares; tené en cuenta su opinión antes de tomar una decisión importante.
Invitalos a todos a tu casa: esto puede ser un desafío por el costo y la logística, pero lo más probable es que muchos no asistan por estar más o menos en el mismo dilema, así que lo que estás haciendo, inteligentemente, es lavarte las manos y dejar que sean otros quienes tomen la difícil decisión.

¿Qué posibilidades tenemos?

Qué me conviene hacer, ¿invitar a todos? ¿Pasarla solo con mi pareja? Analicemos cuáles son las opciones:

Con tu familia

Sabes cómo va a ser cada momento, qué comida habrá, quién se emborrachará o que tu hermano va a estar enojado por la falta de pirotecnia. Todos los años lo mismo, pero te gusta. Cada familia tiene sus costumbres y su diversión y la tuya te gusta.

Con su familia

Llama tu suegra y te dice que este año organizó una megafiesta familiar. Hablas con tu pareja para no concurrir. Mejor frenar y silenciar esos pensamientos que agobian. Esta vez lo podés acompañar sabiendo que el próximo año te tocará a vos.

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Con ambas familias

En algún lado te aconsejan: “sé anfitriona así no tienes que elegir entre las familias”. En un impulso decís que sí y se lo avisas a todos. Hay más de 20 personas en la cadena y una vez enviado llega el arrepentimiento.

Te imaginas a los hermanos de tu novio incómodos porque no conocen a nadie, a tu mamá intensa, a tu suegra corrigiendo cada cosa hecha y a tu papá tratando de manejar todo con buena onda. Relájate. Trata de disfrutar y divertirte, vas a ver que la fiesta fluye y que todos te agradecerán el buen momento pasado.

Con amigos

Después de atravesar una discusión de tres horas llegan a un acuerdo: ni con una familia ni con la otra. Empate técnico. Un amigo organiza una fiesta con música y gente divertida, pero hay personas que no conoces y tienes miedo de extrañar a tu familia.

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No se puede estar en 2 lados al mismo tiempo. Disfruta el momento, habla con tu familia a las 12 y celebra la vida!

Cada uno por su lado

Tuvieron charlas muy fuertes y decidieron pasarla separados. No es bueno sumar una discusión por las fiestas. Lo mejor es relajarse y cargar pilas para el próximo año. La Navidad en familia es importante para los dos y es una posibilidad separarse esa noche. Piensas que la negociación esta vez no funcionó, pero te equivocas, porque cada uno va a hacer lo que tenía ganas y se reencontrarán con el amor de siempre.

Negociar no es hacer lo que uno quiere, es que los dos terminen conformes. Si hay hijos, no es una buena solución, pero cuando llegue el momento sabrán negociar.