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Cheesecake de chocolate blanco: fácil, rápido y sin horno

El paso a paso de una torta esponjosa, elegante y llena de sabor.

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El cheesecake de chocolate blanco es una alternativa de una torta clásica, con un sabor que nunca falla y además muy sencilla de hacer. Ideal para reuniones familiares o con amigos es una opción riquísima que tenés que probar. Te contamos el paso a paso para que puedas hacerla y sorprender a todos.

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Necesitas

Para la base

  • 200 gr. de galletitas de vainilla.
  • 90 gr. de manteca.

Para el relleno

  • 250 gr. de chocolate blanco.
  • 250 gr. de crema de leche.
  • 450 gr. de queso crema.
  • 80 gr. de azúcar impalpable.
  • Un sobre de gelatina sin sabor.
  • Medio vaso de agua.
  • Una cucharadita de esencia de vainilla (opcional).
  • Ralladura de medio limón (opcional).

Para la preparación

Lo primero que tenés que hacer es procesar las galletitas con la manteca derretida. Luego, colocá en el molde un acetato alrededor -esto es para que no se salga nada- e incorporá la mezcla de la base. Estirar bien y dejar de lado.

Batí la crema de leche y derretí el chocolate blanco. Reserválos.

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En un bowl colocá el queso crema, el azúcar, el chocolate derretido, la crema de leche batida y la gelatina sin sabor, que tiene que estar previamente hidratada con agua. Mezclá todo y vertelo arriba de la base.

Llevalo al freezer por 5 o 6 horas aproximadamente.

Para la cubierta

Para la decoración del cheesecake de chocolate blanco hay varias opciones:

  • La más sencilla es espolvorear la torta con cacao en polvo. Incluso para que quede más linda, con un molde podés hacerle un lindo diseño.
  • Otra alternativa es cubrir la torta con arándanos. Para eso herví dos vasos de agua con 200 gramos de azúcar. Colocá 150 gramos de arándanos y pisálos para que al romperse liberen su color característico. En un bowl colocar una cucharada de almidón de maíz, una cucharada de agua fría y jugo de un limón. Mezclálo todo bien e incorporálo al recipiente que está en el fuego. Dejálo hervir hasta que se espese. Retirálo del fuego, dejálo enfriar y colocá el resto de los arándanos y mezclá bien. Una vez que esté bien frío colocálo arriba de la torta y volvé a enfriarla una hora más en el freezer.
  • Podés hacer lo mismo con frutos rojos. El procedimiento es el mismo pero le sumás sabor y colores.
  • Otra opción es con frutillas. Para eso, cortá las frutillas en mitades de manera prolija, colocalas en un recipiente y agregale 3 cucharadas soperas de azúcar. Llevalo a la heladera durante algunas horas hasta que larguen jugo. Luego, decorá la torta. De esa manera van a estar más rica y jugosas. Quedan realmente muy bien.

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