Se acercan las fiestas de Navidad y Fin de Año y empezamos a pensar en el menú para esos días de festejos. Lo que suele suceder es que siempre calculamos para el doble de gente de la que nos acompañará. ¿Qué podemos hacer con toda esa comida que seguro sobrará? Te damos ideas para saber cómo reciclar la comida evitando desperdiciar cosas tan ricas.
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Cómo reciclar la comida
Las nuevas creaciones que surjan del reciclado de la comida, podrán comerlas durante los siguientes días o congelarlas y usarlas más adelante. Con respecto al almacenaje, la comida debe quedar protegida en recipientes herméticos aptos para freezer o envueltas con film para evitar la contaminación cruzada.
Existen varias opciones
- Iniciar el año comiendo los restos, pero durante los festejos comiste en exceso y pensabas en enero empezar a comer de manera más saludable.
- Tirar toda la comida que sobró a la basura no está nada bien, una idea es repartir entre todos los que participarán del festejo y cada uno lleve una parte.
- La otra opción que te presentamos hoy es saber cómo reciclar la comida que sobró.
El propósito es no tirar ni desperdiciar nada y reciclar las sobras de forma creativa.
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Ideas para reciclar la comida de las fiestas de Fin de Año
1) Reciclar el pan
El pan es uno de los alimentos que más sobra después las fiestas, ya que es difícil calcular la cantidad adecuada para un número de comensales al que no se está acostumbrado. Con este pan podés hacer tostadas con aceite de oliva o dejarlo en una bolsa de tela aireada hasta que se ponga seco y rallarlo para hacer pan rallado. Y por supuesto, otra opción es guardarlo en el frezzer y sacar las porciones que necesites por día y pasarlo por el horno antes de consumirlo. Estará más rico que recién comprado.
2) Seguir consumiendo ensaladas
Si las ensaladas están aderezadas, no se puede hacer mucho, es una pena pero si no se consumen al día siguiente deberás desecharlas ya que no aguantan en buenas condiciones los ingredientes de las ensaladas que tengan los aderezos mezclados. Pero si dejaste ensaladas lavadas y escurridas y sin preparar, podés guardarlas en recipientes herméticos y resisten en buenas condiciones los vegetales tanto crudos como cocidos secos y sin condimentos.
Mientras no se hayan aderezado con vinagres o cítricos, todas las verduras sobrantes de guarniciones, ensaladas y entrantes pueden convertirse en unas sopas cremas deliciosas.
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3) Volver a comer carnes y aves
Con las aves y carnes asadas también hay varias opciones: se pueden elaborar zapallitos o morrones rellenos, preparar un salpicón con verduras y mayonesa.
Un guiso con papas y verduras y carne asada, previamente retirale la grasa excedente para que la preparación no sea pesada. Trozás la carne en pequeñas porciones y le das un ligero hervor para recuperar los jugos y luego las juntás con las papas y verduras.
También se pueden hacer deliciosas croquetas, relleno para canelones o una tarta. También podés cortar las carnes en tiras finitas rehogar verduras y rellenar rapiditas.
4) Postres y dulces
Los postres y dulces navideños se pueden congelar. Si se trata de pan dulces, budines o tortas, cortado en porciones las guardás en recipientes herméticos.
Si se trata de ensalada de frutas se puede convertir en batidos refrescantes y nutritivos para el desayuno del día siguiente.
También podés hacer mermelada con las frutas de la ensalada. Le podés agregar un poco más de azúcar y te quedará una mermelada multifruta muy rica. Guardala en frascos esterilizados y ponelos boca abajo para que se logre el efecto de vacío que funciona como conservante.
Esto lo podés reciclar siempre y cuando la ensalada de frutas no contenga alcohol.
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Alimentos que no se pueden congelar
Algunos alimentos no son aptos para congelar. Prestá mucha atención a esta lista:
- Lácteos: si se congelan, algunos lácteos se vuelven acuosos o pierden textura. Trucos: la crema puede freezarse solo si es de alto tenor graso, a punto Chantilly y con una pizca de azúcar. La leche también puede guardarse, pero solo en su envase original. En cuanto a los quesos, solo se conservan bien los que tienen, al menos, un 40% de grasa. Un no rotundo a congelar quesos untables y yogures.
- Papas crudas: si estás pensando en ahorrarte unos minutos, pelar toda la bolsa de papas de una vez y congelarlas, no es buena idea: suelen tomar un color negro poco tentador. Podrás guardarlas fritas, en puré o en tortilla durante 4 a 6 meses.
- Huevos: si congelás un huevo crudo, la cáscara se romperá con facilidad y la yema se expandirá. Si tuvieras la suerte de que permanezca intacto, al romperlo verás que ha perdido consistencia y se ha puesto gomoso. Mejor dejalos en la heladera.
- Latas: para conservar correctamente los alimentos, las latas contienen líquidos en su interior que, cuando se solidifican, se expanden y adquieren un volumen mayor al de la capacidad del envase. Resultado: una explosión de película que ensuciará todo el freezer.
- Lechuga y otras verduras: los vegetales con un alto contenido de agua (como la lechuga, el pepino, los rábanos o cualquier otra verdura de hoja) no van al freezer. Al descongelarlos, seguro perderán consistencia, perdiendo la crocancia y todo su textura será desagradable al paladar.
- Alimentos sueltos. ¿alguna vez descongelaste un trozo de carne y notaste unas manchitas marrones o grisáceas en su superficie? Son quemaduras por congelación que se producen cuando la comida no está en un recipiente bien hermético o correctamente envuelta. Alteran el color, el olor, el sabor y la textura de tus alimentos. Por eso asegurate de envasarlas correctamente para que esto no suceda.
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- Alimentos calientes. Antes de guardar cualquier comida sobrante (salsas, carnes, lo que sea), hay que dejarla enfriar sobre la mesada. Si guardas en la heladera o freezer comidas calientes vas a provocar un aumento de temperatura de la heladera o freezer, y esto puede dar lugar a que se desarrollen bacterias.
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