La carne asada, las verduras, las pizzas y cualquier otra delicia que se te ocurra adquiere un sabor inigualable si se cocina a las brasas. Pero si la parrilla que usamos para asarlos no está en buenas condiciones de higiene, el sabor puede arruinarse o incluso contaminarse con grasa, óxido o restos de la preparación anterior. Te contamos cómo limpiar una parrilla para dejarla siempre lista para el asado siguiente.
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Portátiles, estructurales, empotradas, modernas, con cadena o tipo tambor. Hay distintos tipos de parrillas y diseños adaptados a lugares y necesidades diferentes. Y cada una se limpia de manera diferente. Compartimos algunas consejos sobre cómo mantener en condiciones a cada una.
Es un material muy frecuente en Argentina porque es el más tradicional. Si bien son de buena calidad y duran muchísimos años, suelen ser más grandes que otras y, por eso, limpiarlas tiene algunos secretos. Aquí, cómo hacerlo paso a paso:
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Las parrillas eléctricas han ido ganando su lugar poco a poco en las cocinas de muchas familias, no solo por su facilidad de instalación o su ahorro de espacio sino, también, por sus diseños de vanguardia y su tecnología.
Para limpiarlas, basta con seguir estos sencillos pasos:
Si vivís en un departamento y tenés la suerte de contar con un balcón, podés aprovechar para colocar una parrillita portátil. Existen distintos modelos con tamaño reducido que funcionan a gas o a leña.
La portabilidad hace que estas estructuras resulten muy prácticas y versátiles. No olvides que, por chicas que sean, eso no afecta en nada el sabor del asado. Para limpiarla, lo recomendable es que saques la parte que se desmonta y la remojes unos minutos en agua caliente con jabón.
Luego tenés que refregarla con un cepillo o esponja con detergente. Para terminar, podés repasar con el cepillo o una piedra pómez para sacar la suciedad más rebelde y luego enjuagarla nuevamente con agua con detergente.
Por otro lado, tenés que limpiar el interior de la parrilla. Primero quitá las cenizas y los carbones viejos. Si la suciedad está floja, tomá una piedra pómez o un cepillo y pasalo suave pero firmemente, asegurándote de remover toda la suciedad rebelde. Para terminar, pasá un trapo humedecido por el exterior de la parrilla y, si ves que algo quedó pegado en la superficie, sacalo con un poco de agua tibia mezclada con bicarbonato de sodio.
Este tipo de parrillas se compone simplemente de tambores partidos al medio con parrillas de hierro en su interior. La tapa abierta del tambor ayuda a preservar el fuego y permite cerrarlo como un horno, lo cual, además, ayuda a mantener el sabor. Si bien la descripción puede resultar rústica, hay distintos modelos que incluyen accesorios de última tecnología.
A este tipo de parrilla debés limpiarlo siguiendo las mismas indicaciones que las que describimos en el caso de las portátiles. La única diferencia es que, al estar hechas con materiales que pueden arruinarse por el fuego o por quedar a la intemperie, hay que hacerles un mantenimiento periódico repintando el tambor, la cadena y la estructura metálica de patas y ruedas con convertidor de óxido. Un consejo: no uses ácido muriático para limpiar ninguna de las partes de esta parrilla.
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