A veces compramos más verdura de la que vamos a utilizar y deseamos guardarla para un futuro. Es por eso que es importante saber cuál es la manera correcta de almacenar verdura y hacer que sus nutrientes y sabor no se desperdicien. Conocé cómo congelar acelga y aprendé a cerca de las demás formas para guardar las verduras en el freezer.
El primer paso para saber cómo congelar acelga es lavar bien la verdura para extraer todo tipo de bacterias. También es importante que, para poder congelar acelga u otras verduras de hoja verde, primero deben estar hervidas. Para ello, se las escalda en una olla con agua hirviendo por un tiempo, sin llegar a estar del todo cocidas.
Luego, hay que pasar la acelga de forma rápida a un recipiente con agua fría, lo que hace que se corte la cocción y que la verdura que de blanqueada. Como siguiente paso, debemos escurrirla para sacarle el agua helada y la almacenamos en un tupper o bolsa con cierre hermético.
Antes de guardarles, tanto para la acelga como otras verduras, es recomendable cortarlas en trozos para que no ocupen mucho espacio. Es así que, con esta metodología, ya sabés cómo congelar acelga y almacenarla correctamente para usarla en próximas recetas.
Lo primero que se debe hacer es lavar muy bien las verduras que deseamos congelar. También es recomendable cortar las verduras en trozos y guardarlas en bolsas o en un tupper, ocupando menos lugar en el freezer. Hay que tener en cuenta que en caso de utilizar frascos o algún tupper, hay que dejar un margen pequeño entre el cierre del envase y la verdura. Esto se hace para que los vegetales aumenten su tamaño a la hora de congelarse.
En el caso de tener verduras con mucha tierra, no solo basta pasarle un poco de agua. Para estos momentos es mejor utilizar un bowl lleno de agua y dejar los alimentos dentro por un par de minutos. Esto hará que toda esa suciedad se desprenda de la verdad y, a su vez, hace que utilicemos menos agua para su limpieza.
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Lo que se debe tener en cuenta a la hora de congelar verduras es que estas tienen que estar almacenadas dentro del freezer, acordándonos de dejar un espacio de separación entre verdura y verdura. De todas maneras, cada verdura tiene su propia de forma de conservación, por lo tanto para determinados alimentos se requiere un procedimiento diferente. A continuación mencionamos el paso a paso de cómo congelar algunas verduras.
Para congelar espinaca hay que empezar separando aquellas hojas en mal estado de las que están en buen estado. Luego, para hacer que la verdura se congele en mejores condiciones hay que hervirla por alrededor de dos minutos en agua.
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Al terminar este proceso de escaldar la espinaca, se la cuela para separarla del agua y se la coloca en agua fría para cortar la cocción. Al terminar, se le extrae el excedente de agua y se almacena la espinaca en un tupper o en una bolsa con buen sellado.
El paso principal para congelar cualquier verdura es que primero hay que limpiarlas para sacarles la suciedad y bacterias que podrían llegar a tener. Luego hay que sacarles la cáscara y cortamos la verdura en pequeños trozos.
A continuación hacemos el mismo proceso de escaldar con agua hirviendo, haciendo que la zanahoria se decolore y se ablande. Tras haberla dejado en un bowl con agua fría, debemos escurrirle el agua sobrante con algún papel absorbente como el papel de cocina. Finalmente, las ponemos a congelar en el freezer dentro de bolsas herméticas con la menor cantidad de aire posible.
Antes de congelar las berenjenas se recomienda cocinarlas previamente. Para ello, existen diferentes formas de hacer. Una de ellas es haciendo el método de escaldar verdura que vimos anteriormente, cortando el alimento en trozo e hirviéndolo en agua, para luego llevarlos a congelar.
Otra manera de poder cocinar la berenjena es evitando hervirla, ya que esa verdura en sí contiene un gran porcentaje de agua. Agregarle más le arruinará el sabor y quedará muy acuosa. Se la debe cocinar de tal manera que se reduzca el contenido de agua que la berenjena lleva dentro.
Si el brócoli es congelado correctamente, puede preservarse en un buen estado por hasta un año. Para hacerlo, lavamos la verdura y la escaldamos en una olla con agua hirviendo durante tres minutos. Para hacer que el brócoli entre correctamente en la olla y todas sus partes se hierven bien, se deben cortar las cabezas de la verdura en trozos pequeños.
Se recomienda añadir al proceso de cocción unas gotitas de jugo de limón, ya que funciona como un potente conservante natural que mejora el almacenamiento de los vegetales. Luego, escurrimos para sacarle el excedente de agua y lo colocamos en un bowl con agua fría (preferentemente que tenga hielo) por unos tres minutos para cortar la cocción.
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Cuando escurrimos el agua fría, es el momento de congelar el brócoli. Para ello, es recomendable almacenarlo en una bolsa con cierre hermético y llevarla al freezer. En lo posible, extraer todo el aire posible para evitar que la verdura se estropee durante su congelación.
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