Platón decía que amamos aquello que deseamos y sólo deseamos aquello que nos hace falta. Esto quiere decir que es la insatisfacción lo que nos mantiene “enganchados” en un amorío o relación incipiente. Ese principio es el que sostiene la regla de una vez por semana, que, según sus defensores, es la clave para que una relación amorosa funcione.
Es que hay mucha literatura detrás de estas ideas: no sólo el antiguo filósofo griego sostenía que el deseo se funda en la carencia. También Freud y muchos otros estudiosos del tema, que confirman una y otra vez que la clave de la pasión está en “quedarse con las ganas”.
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En un artículo publicado en la revista Psychology Today, titulado “La regla del una vez por semana para las nuevas relaciones”, el psicólogo Seth Meyers explica que “usar” moderadamente el tiempo al principio de una relación podría pronosticar un buen futuro.
Platón decía que amamos aquello que deseamos y sólo deseamos aquello que nos hace falta
Según el psicólogo, darse tiempo para ir entrando a una relación poco a poco e la mejor manera de que una pareja nueva tenga futuro. Esto ocurre por dos causas: por un lado, aumenta la intimidad sexual, y lo hace lentamente, sin un entorno que nuestro cuerpo reconozca químicamente como riesgoso.
Por otro lado, no fuerza una intimidad emocional con alguien que apenas conocemos, algo que puede provocar el efecto contrario.
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Seth Meyers explica que un factor que arruina muchas relaciones ni bien comienzan es la tendencia a apresurar las cosas. El “enamoramiento” hace que lo veamos con la mayor frecuencia posible en las primeras semanas, generando un efecto que él llama “emborracharnos de amor”.
Sin embargo, eso puede tener el efecto contrario: ir de a poco, dando espacio a una de las etapas del amor, puede mejorar las chances de éxito de esa pareja a largo plazo.
Cuanto menos ansiosos se sientan dos personas al comenzar una relación, mayores serán las probabilidades de que su amor sea perpetuo: de eso se trata la regla de una vez por semana para las relaciones amorosas
Aunque el autor no garantiza que la regla de una vez por semana genere un vínculo duradero, cumplirla durante los primeros meses e ir aumentando la frecuencia a medida que pasa el tiempo, suele salir muy bien. Permite afianzar la relación y mejora las bases que harán que el vínculo pueda sostener las etapas que siguen.
De hecho, Meyers no es el único investigador abocado a comprobar esta teoría. Por otro lado, Scott Carroll, autor del libro “Cómo casarse con el hombre para el cual estabas destinada”, explica que mucho contacto físico durante los primeros meses podría generar una rápida sensación de monotonía y da poco lugar a la imaginación.
Verse con demasiada frecuencia desde el principio crea una ilusión de intimidad y dependencia que no colabora con un proyecto de relación a largo plazo
Carroll observa que es importante verse únicamente dos veces a la semana y pasar bastante tiempo separado de la nueva pareja para que los sentimientos puedan aflorar desde nuestro subconsciente.
Según Meyers, en la primera fase de una relación sumar, resta. Para aumentar la seguridad y afianzar la pareja lo ideal es verse una vez por semana durante el primer mes, para luego empezar a subir la frecuencia. Sin prisa, sin pausa, dejando que el amor surja de a poco. Sin ansiedades, todo se encamina mejor.
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