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Coronavirus: el riesgo de contagio al aire libre es casi cero

No hay que usar baños públicos ni comer en grupos. Tampoco armar reuniones fuera de los convivientes de la misma casa. Fuera de eso, el riesgo es de contagio de 1 en 7.000.

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De a poco vamos recuperando algunas actividades y podemos salir a la calle y disfrutar algunos ratos fuera de casa. Pero todos sabemos que el Covid-19 sigue ahí y que el riesgo no cesa, y entonces nos preguntamos cuán seguro es pasear por un parque o transitar las veredas en tiempos de pandemia. Según los expertos, las posibilidades de contraer el virus al aire libre son cercanas a cero. El riesgo está en algunos detalles que podemos preveer con ciertos cuidados.

La inquietud sobre el riesgo de contagio al aire libre se repite en muchas ciudades del mundo. A medida que los gobiernos se organizan para relajar las restricciones y cuarentenas destinadas a combatir la pandemia de coronavirus, las dudas se multiplican.

Es más seguro estar afuera que en la oficina o en un centro comercial. Al aire libre y con más espacio entre las personas, el riesgo disminuye por la propia dilución del virus

Si bien por ahora, en Buenos Aires, las salidas recién empiezan y todavía son muy acotadas, es importante tener en cuenta las recomendaciones de los expertos, publicadas hoy en el prestigioso diario estadounidense The New York Times.

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“Salir es importante para la salud. Sabemos que estar al aire libre es un riesgo menor de transmisión del coronavirus que estar en el interior. En un fin de semana hermoso y soleado, creo que salir está indicado, pero también hay cosas que hacer para reducir nuestro riesgo”, recomienda Julia Marcus, epidemióloga y profesora de la Facultad de Medicina de Harvard.

  • El distanciamiento social en los parques debería ser la norma, dicen los expertos. En lo posible, es clave estar con personas con las que uno convive. Si te encontrás con otra gente, que sean reuniones pequeñas y a dos metros de distancia. La manera de cuidarse es muy concreta: no compartir alimentos, utensilios ni bebidas. Mantener las manos limpias y una distancia de dos metros con las personas que no viven en su hogar.
  • La vida pandémica es más segura al aire libre, en parte, porque incluso un viento ligero diluirá rápidamente el virus. Si una persona cercana está enferma, el viento dispersará el virus, exponiendo potencialmente a las personas cercanas pero en cantidades mucho más pequeñas, que tienen menos probabilidades de ser dañinas. “La carga de virus es importante”, explica Eugene Chudnovsky, físico del Lehman College y del Centro de Graduados de la Universidad de la Ciudad de Nueva York. “Un solo virus no enfermará a nadie; será destruido inmediatamente por el sistema inmune. La creencia es que uno necesita de unos cientos a unos miles de virus SARS-CoV-2 para abrumar la respuesta inmune”.

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  • Si bien el riesgo de transmisión al aire libre es bajo, puede suceder. En un estudio de más de 7.300 casos en China, solo uno estaba asociado a la transmisión al aire libre: un hombre de 27 años que había tenido una conversación al aire libre con un viajero que acababa de regresar de Wuhan. Pero es 1 caso en 7.300. “El riesgo es mayor si tenés dos personas sentadas una al lado de la otra durante mucho tiempo, como en una manta de playa, en lugar de personas que caminan y se cruzan”, precisa Shan Soe-Lin, profesora del Instituto de Asuntos Globales Yale Jackson.
  • Un estudio reciente encontró que solo hablar puede lanzar miles de gotas que pueden permanecer suspendidas en el aire durante ocho a 14 minutos. Pero el riesgo de inhalar esas gotas es menor al aire libre.
  • Al hacer ejercicio al aire libre, es importante mantenerse al menos a dos metros de distancia y usar un barbijo si no es posible distanciarse.

“Creo que la seguridad frente al Covid-a9 es mucho mayor al aire libre que en interiores en casi todos los casos”, puntualiza Linsey Marr, profesora de ingeniería y científica de aerosoles en Virginia Tech. “Es tanta la dilución que ocurre al aire libre que, mientras permanezcas a dos metros de distancia, el riesgo es muy bajo”.

  • Respecto el agua de las piscinas, el agua dulce en un lago o río o la exposición al agua de mar, el riesgo de transmisión es extremadamente bajo, incluso sin dilución (lo que reduciría aún más el riesgo). Probablemente el mayor riesgo para la recreación acuática en verano es la multitud: un vestuario, muelle o playa con mucha gente, especialmente si se combina con un distanciamiento físico limitado o una proximidad prolongada a los demás. Las fuentes más concentradas de virus en ese entorno serán las personas que se juntan en la piscina, no la piscina en sí misma.

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  • Los expertos dicen que una persona que camina, corre o anda en bicicleta demasiado cerca durante unos segundos no es una gran preocupación. Pero recomiendan que los corredores usen un barbijo o alguna otra forma de cubrirse la cara si van a acercarse a otras personas.
  • En un parque, si alguien instala una manta de picnic dentro de su perímetro de dos metros, es una preocupación mayor. “Si alguien está demasiado cerca tuyo y no te sentís seguro, en lugar de gritarle y discutir, simplemente alejate o decí ‘Necesito espacio, por favor’. Discutir puede aumentar el riesgo por las gotitas de saliva”.
  • Es importante recordar que, incluso en el exterior, existe el riesgo de contraer el virus al tocar una superficie contaminada (un menú de restaurante, un banco de parque o una silla de jardín) y luego tocarse la cara. Los estudios han demostrado que el virus puede durar tres días en superficies duras como el acero y el plástico y aproximadamente 24 horas en cartón en condiciones de laboratorio. El virus también es más estable en calor y humedad que muchos otros virus.

Los médicos subrayan que es fundamental sostener los cuidados y no bajar la guardia: “Si ahora volvemos a la vieja normalidad y ya no seguimos la estrategia de distanciamiento social, es como una bomba de tiempo”, dijo Peter Jüni, epidemiólogo de la Universidad de Toronto y el Hospital St. Michael. “Nunca se sabe dónde explota y cuándo”.

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