Cuidados de un tatuaje: consejos para evitar problemas

Hacerse un tatuaje es una decisión que no puede tomarse a la ligera. Qué cuidados debemos tener antes y después para evitar infecciones y reacciones adversas.
cuidado de un tatuaje

Tatuarse el cuerpo está de moda. Es una tendencia que crece y seduce a personas de edades muy varias, que quieren imprimir en su piel algo decorativo o algún símbolo, frase o palabra que los represente. El diseño, la forma, el tamaño y los colores son cuestión de gustos, pero los cuidados de un tatuaje son los mismos para todo el mundo.

Conoce qué recaudos debes tomar para prevenir infecciones o complicaciones y para mantenerlo tan lindo como el primer día.

Cuidados de un tatuaje

Cuando decidimos tatuarnos pasamos mucho tiempo pensando qué diseño, de qué tamaño y en qué lugar del cuerpo. Pero lo primero que debemos resolver es quién nos lo va a hacer.

Es fundamental que se realice en máximas condiciones de higiene y con elementos esterilizados. No olvides que se usan agujas que pueden ser vehículo de contagio de enfermedades muy graves, y que las tintas llegan hasta las vías linfáticas. No te lo hagas de cualquier manera ni en cualquier lado.

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En qué época del año hacerse un tatuaje

Muchos eligen los meses de calor para tatuarse porque es el mejor momento para lucirlo, pero, en realidad, el verano es la época menos conveniente. La piel quedará “herida” y sensible durante varias semanas y el sol, el sudor y la mayor exposición pueden abrir la puerta a bacterias que provoquen una infección.

El invierno tampoco es buen momento porque el exceso de ropa y calor de los ambientes dificultan la cicatrización de la piel y el roce de la ropa es aún mayor. Por eso la época recomendada es otoño o primavera.

Qué averiguar antes de hacerse un tatuaje

Un tatuaje es muy similar a una pequeña intervención quirúrgica en la piel y, por eso, deben llevarse a cabo todas las precauciones. Los cuidados recomendados son:

  • Chequea que el lugar esté habilitado y cumpla las condiciones de higiene necesarias. Elegí un lugar del que tengas referencias.
  • Controla que el tatuador abra las agujas nuevas frente a vos y que use elementos esterilizados.
  • Pídele al tatuador que te haga primero una prueba de la tinta en una zona poco visible del cuerpo y espera un rato para ver si hay reacción alérgica, sobre todo si tienes enfermedades de la piel o quieres utilizar determinados colores que puedan ser más alergénicos.
  • Cuidado con el color rojo: según los expertos, la gran mayoría de los pacientes que consultan por complicaciones tras un tatuaje están asociadas a ese tono. Por lo tanto, si vas a utilizar tinta roja, es especialmente recomendable realizar la prueba de alergia al menos dos semanas antes.

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Cómo cuidar un tatuaje recién hecho

Muchos sienten ansiedad y cierto temor antes y durante el proceso de tatuarse, pero minimizan el día después. Cuidar la zona en las horas y días siguientes es fundamental. Algunos consejos:

  • Apenas concluye, el tatuador debe limpiar y desinfectar la zona. Es normal que la piel esté inflamada y colorada. Por eso, va a colocarte una capa de vaselina o una crema especial con efectos calmantes, desinfectantes y antibacteriales. Controla que ese paso no falte.
  • Para proteger la piel recién tatuada de agentes externos como gérmenes y bacterias, el tatuador debe cubrir la zona con un film transparente y te dirá cuántas horas tenerlo cubierto en función del tamaño del dibujo.
  • Cuando puedas retirar el film, tienes que lavar la zona con agua tibia a fría con jabón blanco, neutro y sin perfume para eliminar cualquier exceso de tinta.
  • Repetí el lavado cada 6 horas. Deja secar sin frotar la toalla. A lo sumo, apoya en la zona un paño suave de algodón y que se termine de secar al aire por un rato.
  • Luego, coloca una buena capa de crema con un suave masaje para que se absorba. Repetí esta rutina por lo menos 3 veces durante el día.
  • No cubras la zona. Déjala en contacto con el aire para que la piel respire y comience el proceso de cicatrización.
  • Los días que siguen continúa poniéndote crema varias veces al día. Ya no uses vaselina porque es a base de aceites y no deja respirar la piel, que en estos días empieza a secarse para cicatrizar. Es normal que se formen cáscaras o costras porque la piel se está regenerando. No intentes sacarlas y evita rascarte aunque te pique. Cuando termine el proceso de curación, la piel muerta se caerá sola.

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Cremas para cuidar los tatuajes

Es importante usar buenas cremas para cuidar y acelerar el proceso de cicatrización. Lo ideal es consultar con un dermatólogo, pero puedes recurrir también a los productos recomendados, que en general tienen ingredientes naturales, vitamina E, cáñamo y aceite de árbol de té. Es clave que tenga propiedades antisépticas.

También son buenas las cremas para tatuajes elaboradas con extracto de aceite de coco, árnica, aloe vera y aceites de Karité y Almendras. Todas ayudan a regenerar la piel, calmar la inflamación e hidratarla. Además, tienen propiedades antisépticas y cicatrizante.

Cómo curar un tatuaje infectado

Si notas que tu piel presenta alguna reacción o dolor, deberías chequear que no se esté infectando. Las señales a atender son:

  • Irritación.
  • Inflamación.
  • Picazón.
  • Secreción con pus (blanquecino, amarillento o verdoso).
  • La imagen del tattoo se deforma.
  • Dolor intenso.
  • Ampollas.
  • Mal olor.
  • Fiebre.

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Cómo curar un tatuaje infectado paso a paso:

  • Lo primero y principal es ir al médico.
  • Limpia las heridas lo mejor posible con agua tibia y usa gasas estériles para secar la zona con toques suaves y retirar restos de la supuración, de tinta y de sangre.
  • Cuando la zona esté limpia, aplica una crema antibiótica recomendada por tu médico.
  • Cubrí toda el área del tatuaje con una gasa estéril y un trozo de papel plástico o film.
  • Realiza esta cura dos veces al día como mínimo. Cuando los síntomas empiecen a aliviarse, puedes usar de nuevo la pomada o crema cicatrizante para regenerar la piel del tatuaje.

Cómo curar con remedios caseros

Los remedios caseros sólo deberían utilizarse como complemento del tratamiento médico. Puedes recurrir a infusiones que refuercen el sistema inmunológico y/o que sean antisépticas y antibacteriales. Pueden ayudar los aceites o soluciones de: