La espinaca es una importante fuente de hierro, vitaminas y nutrientes, y por eso es clave incorporarla a nuestra dieta diaria. Esta verdura de hoja verde posee muchas propiedades nutritivas para la salud.
Lo recomendado es ingerirla por lo menos 2 a 3 veces por semana en el almuerzo o cena, ya que de esa manera aporta una buena cantidad de fibra, hierro, minerales como el potasio, el calcio, el sodio, el fósforo, el magnesio, el hierro, el zinc, yodo y selenio, que son fundamentales para el organismo de desarrolle de manera óptima.
Compartimos dos recetas riquísimas para que sorprendas a todos.
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Ingredientes
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Para la preparación
Lo primero que tenés que hacer es lavar muy bien la espinaca, cambiando el agua varias veces. Luego poné agua a calentar en una olla. Una vez que esté hirviendo, apagá el fuego y remojá la espinaca en el agua caliente dejándolas 1 o 2 minutos. Es importante que no se exceda este tiempo ya que si se cocina por demás pierde gran cantidad de sus nutrientes.
Luego sacala del agua y pasala por agua fría para cortar la cocción. Dejá escurrirlas en un colador.
Cortá los dientes de ajo en láminas y colocalos en una sartén con aceite de oliva. Tené cuidado que no se quemen porque sino toman un sabor amargo que va arruinar la preparación. Agregale la panceta o el jamón cortada en tiritas muy finitas y dejá rehogar unos minutos.
Luego escurrí bien las espinacas e incorporalas a la sartén para que tomen el gustito del ajo. Mezclá la preparación por unos minutos y reservá con el fuego apagado.
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Para la salsa bechamel
Para hacer la salsa, colocá en una olla pequeña la manteca. Colocala a fuego muy suave, revolviendo cada tanto. Agregá el harina, previamente tamizada para que no se formen grumos. Remové muy bien el fondo de la olla y los bordes para que no se pegue. Por último, incorporá la leche hirviendo.
Retirá la olla del fuego pero seguí revolviendo por unos minutos para integrar bien. Condimentá con la sal y la nuez moscada. Si te gusta, podés agregarle pimienta negra para realzar el sabor aún más.
Luego encendé el horno para precalentarlo. Mientras tanto, volcá la espinaca en una fuente apta para horno, cubrílas con la bechamel y espolvoreá con bastante queso rallado para que se gratine. Acordate que no necesita mucha cocción ya que todo está previamente cocinado.
Cuando veas que el queso está bien dorado, retirá la fuente del horno y serví para comer antes de que se enfríe.
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Ingredientes
Para la preparación
Lavá bien las hojas de espinaca y reservalas.
En un bowl colocá el harina junto con la sal y la pimienta. También si te gusta podés agregarle nuez moscada.
Agregá lentamente la leche y los huevos batiendo muy bien para que no se formen grumos. Debe quedar una preparación homogénea y espesa pero que pueda volcarse con un cucharón. Dejá reposar la mezcla en la heladera por una hora.
Pasado ese tiempo retirá la pasta de la heladera y agregale la espinaca picada bien chiquita o mixeada, mezclala muy bien para que se integre en la preparación.
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Para el relleno
Cortá en tiras el jamón y el queso y revervalo.
En una sartén, rehogá con un hilo de aceite de oliva la cebolla que debe estar cortada en daditos bien chiquitos junto al diente de ajo. Condimentá con orégano u otro condimento de tu preferencia.
Poné a calentar una sartén chica untada con manteca, aceite de girasol o fritolín.
Luego volcá medio cucharón de masa en la sartén bien caliente. La idea es que queden crepes bien finitos. Cocinálos de un lado y luego dalo vuelta con una espátula para cocinarlo del otro. Untá la sartén con manteca cada un crep para que no se peguen. Podés apilarlos en un plato hasta hacer la cantidad necesaria.
En una fuente para horno, colocá un poquito de aceite o manteca y reservá.
Ahora es momento de armar los pañuelos de crepes verdes. Poné el panqueque estirado sobre la mesada limpia y colocá en toda la superficie las tiritas de jamón y queso. Doblá el panqueque a la mitad hacia arriba y luego a la mitad hacia un costado de modo que te queden como un triángulo o pañuelo.
Lo mejor es que los pongas en una fuente uno al lado de otro. Arriba de cada triángulo incorporale la cebolla rehogada, un cubito de queso port salud y espolvorea con queso rallado. Gratiná unos minutos en el horno para que se derrita el queso. Ya están listos unos deliciosos crepes verdes de espinaca con jamón y queso. Probálos.
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