Amasar en casa es una de las formas de cocinar más antiguas y deliciosas. Hacer pan, pizzas o pastas caseras nos remonta a la época de nuestras abuelas, a los domingos por la mañana, al aroma a salsa de tomate y a la mesada llega de harina. Surge entonces la pregunta para nuestras abuelas: qué es o cómo hacer masa madre.
Vivimos una época en que la mayor tendencia es consumir sano, sin conservantes ni aditivos. Por eso, cocinar en casa y en algunos casos amasar, son propuestas que suman más adeptos cada día. Pero primero veamos qué es masa madre.
La masa madre es un fermentado que se prepara con harina y agua y no contiene ningún tipo de levadura añadida
La mayoría de las harinas contienen muchas levaduras que facilitan la fermentación de las masas de manera espontánea. Esta forma de fermentación es tan antigua como la elaboración de los panes.
Elaborar la masa madre natural es algo totalmente sencillo. Se deben seguir una serie de pasos y prestar mucha atención en su forma de conservación, ya que esto último es clave para que la masa madre te dure para muchas cocciones.
Otro requisito necesario es tener un poco de paciencia porque el proceso es un poco lento y para conservarla toda la vida hay que alimentarla constantemente. ¿Te preguntarás de qué estamos hablando? Despejamos todas las dudas y te contamos cómo se hace la masa madre.
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La elaboración es muy sencilla, se la clasifica de dificultad media y en 20 minutos está el primer paso. Luego necesitas 24 horas de reposo. Y dedicarle unos minutos durante 5 días.
Tienes que mezclar la misma cantidad de agua que de harina, si utilizamos 1/2 taza de harina la colocamos en un bowl y le agregamos 1/2 taza de agua. Uní bien los 2 ingredientes hasta obtener una mezcla homogénea.
Luego tapa el recipiente con un paño de tela o de papel de cocina limpio. Déjalo reposar a temperatura ambiente durante 24 horas. Lo ideal es mantenerlo en un lugar tibio cerca de 20 a 22ºC.
Pasadas las 24 horas es probable que la masa la encuentres igual que el día anterior, no te preocupes, esto es parte del proceso normal. En este segundo día tienes que agregar 1/2 taza de harina de refuerzo, 1/2 taza de agua y una cucharadita de azúcar. Mezcla todo muy bien hasta integrar todos los ingredientes y deja la masa reposar en el mismo lugar por 24 horas más.
Al tercer día al destapar la masa la vas a notar diferente, ya vas a comenzar a notar la formación de burbujas en la superficie y que aumentó el volumen. No te preocupes si sentís un olor un poco agrio, es normal y buena señal que nos indica que la masa madre empezó a activarse.
Entonces en este día agrega 1/2 taza de harina de refuerzo y 1/2 taza de agua. Mezcla todo muy bien hasta integrar todos los ingredientes. Consérvalo en iguales condiciones que los días anteriores durante 24 horas más.
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En este paso, cuando descubras la masa madre, vas a notar que continúan las pequeñas burbujas en su superficie, pero se ha formado un poco de líquido marrón en la superficie. Esto es normal en el proceso, resultado de la fermentación de algunos azúcares de los cereales. Lo que tienes que hacer es retirarlo con cuidado, puedes ayudarte con una cuchara y el líquido deséchalo.
Ahora sí irás notando que la masa madre está en proceso de transformación. Sólo tienes que mantener la paciencia para darle el tiempo que la masa necesita. Para que siga su fermentación, agrega hoy también 1/2 taza de harina de refuerzo. Intégrala muy bien a la masa y nuevamente la dejas reposar del mismo modo y por el mismo tiempo 24 hs.
Después de 5 días la masa está lista para ser utilizada. Su aspecto es cremoso, con muchas más burbujas en la superficie y un ligero olor ácido, pero no es desagradable. A partir de ahora puedes empezar a utilizar la masa madre en la elaboración de todo tipo de panes, pizzas, pastas y pastelería, etc. En cada preparación sólo utilizas una porción de masa madre.
Una vez lista la masa madre, es importante que la conserves bien tapada y en la heladera. Luego, el día que quieras cocinar algún menú con masa, tienes que retirarla antes de la heladera para que tome temperatura ambiente.
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En cada preparación, utilizas solamente una porción de masa madre. Al retirar esa porción, debes reemplazarla agregando partes iguales de harina y agua, remover para amalgamar y reservar en lugar cálido por varias horas para que se active con la nueva incorporación.
Pasadas unas cuantas horas la masa se va a reactivar, entonces tapa el recipiente y guárdalo en la heladera para conservarlo como siempre.
Cuando ves que pasa una semana y no utilizaste la masa madre para alguna preparación, es muy importante que la alimentes, ¿cómo se hace esto?, Retirá una porción de masa y deséchala, luego añadí harina de fuerza y agua a partes iguales.
Con este proceso se logra mantener la masa madre viva mucho tiempo, mientras va adquiriendo fuerza. Siempre que mantengas este ritmo de cuidados y alimentación de tu masa madre, siempre estará activa y lista para usar en tus amasados. La puedes conservar durante toda la vida.
Ahora que aprendiste todos los secretos para hacer, conservar y utilizar masa madre, te contamos una receta para que aprendas cómo hacer pan con masa madre.
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En el bowl, pon los ingredientes en este orden: agua, sal, harinas y masa madre. Mezcla muy bien hasta integrar todos los ingredientes. Luego agrégale la levadura fresca desmenuzada en trocitos. Ahora amasa muy bien para obtener un bollo integrado, seguro va a estar un poco pegajoso y caliente por efecto del amasado.
Colócala en el bowl nuevamente, espolvoréale harina común en la superficie, tápala y déjala descansar por 30 minutos.
Pasado el tiempo de descanso, amasa durante varios minutos para sacarle el aire acumulado y sóbala golpeándola sobre la mesada de un lado y del otro.
Ahora coloca la masa sobre una placa para horno apenas aceitada o enmantecada. Tapa la masa nuevamente y déjala reposar por otros 30 minutos. Pasado este rato vas a notar que la masa duplicó su volumen, ahora sí está lista para su cocción.
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Forma bien un bollo para hacer un pan redondo y hazle con un cuchillo, un corte en cruz en la superficie. Previamente, enciende el horno y llévalo a 250ºC. Antes de meter el pan en el horno, pon una fuente honda con agua en el piso del horno para que genere vapor. Este truco logra que la corteza del pan quede fina, pero muy crocante a la vez que tendrá una miga muy esponjosa.
Cocina el pan durante 10 minutos y bajá el horno a 200ºC y cocínalo por 30 minutos antes. Luego retíralo del horno, apoya la fuente sobre una rejilla y déjalo enfriar.
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Anímate hoy mismo a preparar tu masa madre y con ella un sin fin de elaboraciones.
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