La milanesa napolitana argentina, plato infaltable en cualquier casa, es el deleite de toda las edades y la solución más rápida en un día de apuro. Carne, pan rayado, huevo, jamón, queso y unas rodajas de tomate. Una delicia fácil de preparar.
Se desconoce el origen de este plato. Son muchos los que se arrogan la paternidad de tan sabroso manjar. Los austriacos, los alemanes, los lombardos y hasta los españoles. Se dice que su nombre proviene de la ciudad italiana de Milán, pero vaya uno a saber donde se preparó por primera vez.
Con la migración italiana que llegó al Río de la Plata, llegó esta receta y se afincó a ambas márgenes del río.
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Se trata de un filete de carne vacuna, el cual se pasa por huevo y pan rallado antes de freírse en abundante aceite bien caliente. Hay quienes por motivos dietéticos las preparan horneadas, pero carecen del mismo sabor.
Por extensión, también suele usarse el término milanesa a otras preparaciones similares con pollo, milanesa de pollo, pescado, cerdo e incluso a algunas verduras como la berenjena.
Para las de carne vacuna suelen usarse cortes de pulpas sin nervios ni grasa, como puede ser la nalga, el jamón redondo o peceto, o la bola de lomo. En el caso de las de pollo se usa generalmente los muslos, ya que la misma preparación con la pechuga se denomina suprema.
Usualmente se la come recién frita acompañada con puré de papas o papas fritas, aunque también, pero en menor medida, con ensaladas.
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La milanesa a caballo es uno de los platos insignia de la ciudad de Buenos Aires.
No es otra cosa que una milanesa con dos huevos fritos encima acompañada de abundantes papas fritas.
En El Palacio de la Papa Frita, en Buenos Aires, Argentina, sirven este plato acompañado de papas souffle.
A pesar de su nombre, no es oriunda de Nápoles, sino de la ciudad de Buenos Aires. Fue creación del Restaurante Napoli.
Frente al mítico Luna Park, aunque ya desaparecido, este restaurante dejo su impronta en las noches porteñas allá por los años cuarenta del siglo pasado, con un plato que hoy se come en casi todo el mundo.
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Se dice que al cocinero le pidieron unas milanesas con papas fritas. En el barullo de la cocina se le pasaron un poco y no había más para reponerlas. Entonces, con algo de ingenio, decidió cubrirlas con salsa, jamón cocido y mozzarella.
Las presentó como si de una pizza se tratara, acompañadas por abundantes papas fritas y fueron un éxito total
Esta milanesa se fríe y luego se prepara como si de una pizza se tratara. Salsa de tomate, jamón cocido, mozzarella, aceitunas y finas tiras de pimiento asado. Se gratina todo el conjunto en un horno bien caliente y se sirve.
Esta tiene cierta similitud al “cachopo asturiano”, verdadero plato de culto en la cultura gastronómica española.
Entre dos filetes grandes y limpios de grasa y nervios, se coloca el relleno antes de pasarse por huevo y freírse. El relleno generalmente lleva mozzarella, jamón cocido, pimientos asados y huevos duros. Aunque el relleno es a gusto del cheff.
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En el caso del cachopo, puede estar relleno de jamón curado y gorgonzola, revuelto de setas, espárragos o hasta incluso de mariscos.
Una buena milanesa a la napolitana no te lleva al paraíso pero te acerca bastante a él, mas si la acompañamos de un buen vinito
Veamos entonces cómo hacer una deliciosa milanesa napolitana.
Para las milanesas:
Para la salsa:
Para la cobertura:
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Las milanesas:
La salsa:
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