Lo primero con lo que debe lidiar alguien que inicia su camino como vegetariano es con las miradas intimidantes de los que no entienden que alguien prefiera suprimir la carne de su alimentación.
Pero si eso fuera todo con lo que hay que lidiar sería demasiado sencillo, ya que la mayoría de los vegetarianos concuerdan en que una de las cosas más difíciles para sostener su decisión es tener a mano preparaciones distintas a las habituales que no impliquen alimentos preparados con grasas animales o que no lleven carne en su preparación.
El verdadero problema es que las buenas intenciones de modificar los hábitos chocan con la realidad de la paupérrima educación alimentaria: nadie sabe cómo comer de forma sana y balanceada.
Por eso, hoy Buena Vibra te acerca 4 comidas que debés aprender a cocinar si querés ser vegetariano.
Dejar de comer carne no quiere decir que uno deba abandonar algunas comidas que son realmente sabrosas. Lo que debe hacer es aprender a prepararlas prescindiendo de la carne. Las hamburguesas son un claro ejemplo de esto. Un gran truco es experimentar con el pan, utilizando distintos tipos de masas, como panes dulces, horneados, con sésamo, chia, lino o de otros granos.
A las hamburguesas podemos prepararlas con lentejas, garbanzos o comprar unas que estén listas de tofu. En el caso de armar lentejas con legumbres, (lentejas, garbanzos, arvejas, etc) solo debemos machacar las legumbres cocinadas, añadir un huevo, sal, ajo y pimienta, mezclar todo muy bien, armar las hamburguesas y cocinarlas asadas o en la plancha.
También es importante ser creativo con las verduras que se van a sumar y colocar entre los panes. Podemos preparar buenas combinaciones con hongos, brotes y hojas verdes sazonadas con mostaza y miel.
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El que comienza a preparar estas delicias a la parrilla solo corre el riesgo que los demás comensales prefieran su plato en lugar de la carne asada que iban a comer.
Como en otras preparaciones vegetarianas, la variedad de opciones para incorporar al palillo de brochettes que irá al fuego son muy numerosas. Este plato es muy sencillo y de lo único que debemos preocuparnos es del corte de cada uno de los ingredientes, preferentemente en cubos del tamaño suficiente para formar parte de la brocheta sin que el palillo de madera llegue a sus extremos.
Cebollas cortadas en cuartos, pimientos rojos verdes y amarillos, tomates cherry, champiñones, berenjena, papas, choclos, zapallitos zucchini, van perfectas en esta preparación. Para aderezarlas va muy bien una salsa de manteca, aceite de oliva y limón o nuevamente una suave combinación de mostaza y miel.
También se puede preparar un delicioso postre con frutas como duraznos, bananas, peras a la parrilla o sino sin asar, una brochette de frutillas, kiwis y duraznos.
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Las pastas son un aliado imprescindible para los vegetarianos. Rápidas y fáciles de preparar, siempre están a mano en la alacena de una casa. Entre ellas, los fideos son uno de los platos a los que un vegetariano recurre cuando tiene poco tiempo o pocas ganas de ponerse a preparar una cena elaborada.
Pero de entre todas las pastas, la lasagna es la que más va ayudar a tener una alimentación correcta, ya que entre las capas de masa uno puede incorporar infinidad de variables. El punto está en elegir los ingredientes perfectos para cada una de las tres capas.
Para preparar este plato debemos tomar una fuente para horno, colocar una capa inferior de pasta y sobre ella una mezcla de champiñones salteados y espinacas. Luego otra capa de masa y sobre ella una combianción de brócoli y repollitos de bruselas. A continuación debemos colocar una nueva capa de masa y sobre ella berenjenas y cebolla en rodajas. Y finalmente otra capa de masa para concluir la preparación. Antes de cada “piso” de masa se puede agregar unos trozos de queso para que se derrita al cocinarse el plato. Terminar con salsa mixta si uno lo desea y un poco más de queso cremoso y un poco de parmeggiano.
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Para esta receta solo hace falta mezclar ½ kilo de ricota, 2 huevos, 1 cebolla picada, 1 planta de acelga hervida y cortada y 1 morrón cortado en tiras. Luego hay que salpimentar la mezcla a gusto y volcarla en un molde (puede ser uno de budín para horno. Solo hay que colocar la preparación en el horno hasta que se dore, gratinar con queso rayado y listo.
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